CULTURA
La interna cubana
“Con quien me pasó algo desagradable fue con Alejo Carpentier –cuenta Sara Facio–. Cuando le mostré los escritores que iban a participar en un libro de retratos y autorretratos que estaba preparando, empezó a censurar a unos cuantos.” El primero fue Guillermo Cabrera Infante, y también Jorge Luis Borges. “Yo le contesté que partíamos de una base equivocada, que el libro era mío, y no de él, y que yo ponía a quien quería, y él tenía la libertad de estar o no estar”, recuerda la fotógrafa, y agrega que tuvo que soportar “una cátedra de política cubana” de Carpentier, en la que le explicaba por qué no debía estar Cabrera Infante. Ella defendió su postura, amenazándolo con excluir al autor de El siglo de las luces. “Le dije que me iba tal día de París y que iba a pasar un día antes, porque él tenía que entregarme un texto y sobre todo firmar –señala Facio–. ‘Si usted quiere participar me deja un sobre a mi nombre, y si no quiere no me deja nada y ya sé que no cuento con usted’. Y cuando pasé había un sobre a mi nombre y salió el libro con todas las fotos.”