Las obras del nuevo estadio de Independiente, que fue preinaugurado con una fiesta para 20 mil socios el 25 de noviembre, tres semanas antes de las elecciones, se encuentran paralizadas desde el 20 de diciembre por una cuestión de costos, según aseguró ayer el presidente del club, Julio Comparada. De esa manera, la promesa de comenzar a jugar el Clausura en la nueva cancha no podrá cumplirse.

“En el marco de la crisis que afecta a todo el mundo, nosotros estamos realizando una obra monumental. Pero como en cualquier construcción, los números originales no son iguales a los finales. Y nosotros queremos saber cuánto más debemos invertir”, argumentó Comparada, reelegido el mes pasado para ejercer su segundo mandato al frente de la institución.

Según Comparada, Independiente ya lleva invertidos 20 millones de dólares en la obra, 10 más de lo que se presupuestó originalmente, y todavía no sabe el monto necesario para poder terminar y habilitar el estadio. “Hasta el momento llevamos gastados 20 millones de dólares, pero no podemos establecer el monto final, porque hay muchas cosas que originalmente no estaban previstas y después las terminamos haciendo”, explicó el dirigente. “Al mirar cómo se va levantando el nuevo estadio, se le van agregando cosas, uno ve algo y dice: ‘Bueno, ya que está, lo hacemos’. Y así se van aumentando los gastos”, sostuvo Comparada.

Ante esa situación, la respuesta de la dirigencia de Independiente fue suspender la obra, para evaluar los costos que demandará finalizarla. “Por eso decidimos parar por un tiempo, ver realmente en qué condiciones estamos para afrontar lo que viene, atendiendo a la crisis económica y a los precios que pueden variar en el futuro”, argumentó el directivo. Lo cierto es que con la obra parada resulta imposible que Independiente debute en el Clausura el próximo 8 de febrero ante Vélez. Además, los siguientes dos partidos también generarían inconvenientes: en la tercera fecha, el rival es Racing, y en la quinta, el adversario es Boca.

Para complicar más el panorama, la nueva dirigencia de Racing encabezada por Rodolfo Molina prometió en la campaña electoral no alquilar más su estadio para que Independiente haga de local allí. La única alternativa para poder continuar jugando en el Cilindro sería que el Coprosede obligue a Racing a cederle el estadio. Si no, las posibilidades que se barajan son los estadios de Lanús (coincide las fechas de local) o Quilmes.