DEPORTES
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Decíamos ayer...
› Por Pablo Vignone
Al término del entrenamiento de Independiente, ayer, Américo Gallego afirmó, suelto de cuerpo: “A mí me va muy bien en Independiente, tengo contrato hasta junio del año que viene y quiero seguir en el club (...) Espero renovar con Independiente por muchos años”. El deseo de Gallego de conservar el trabajo para varias temporadas no tiene nada de extraño en un país en el que la desocupación roza el 25 por ciento; pero hace ruido.
Hace ruido porque no encaja con las declaraciones que el propio Gallego realizó hace menos de dos meses (y que se publicaron como pirulo de tapa de Página/12 el 30 de agosto): “Lo vengo diciendo desde hace tiempo y ya lo tengo decidido. Me voy de la Argentina a fin de año. Es que en estos tiempos salimos, pero no sabemos si volvemos a nuestras casas. Me voy pase lo que pase, salga o no campeón. A mí me gusta respetar los contratos y como tengo uno hasta diciembre lo voy a respetar. Si no, me iría ahora mismo a Europa”.
Los malpensados dirán que la contradicción es culpa de las fechas. Que cuando anunció que se iba, se habían jugado 5 fechas, Independiente estaba tercero en el Apertura y nada parecía perturbar la marcha de River, que acababa de golear 6-0 a Estudiantes; y que ahora, que su equipo lleva cinco puntos de ventaja, sólo faltan 6 fechas, y el título está mucho más próximo, más vale quedarse...
Pero si el Tolo lo pensó bien, ¿qué problema hay en contradecirse? Si consiguió que le extendieran el contrato (que vencía en diciembre, según dijo en agosto, pero ahora vence en junio, de acuerdo con lo que declaró ayer), ¿cómo no va a ser optimista con el futuro de la Argentina?
Será que ahora ya sabe que vuelve cuando sale de su casa, o que respeta los contratos que se extienden mágicamente, o que, en realidad, eso de “me voy de la Argentina pase lo que pase, salga o no campeón” resultó una chicana para asustar a los rivales, un artilugio que ha dado resultado, una maniobra digna de un fenomenal estratega.
Si de algo no se puede acusar al Tolo Gallego es de falta de transparencia cuando hace declaraciones públicas: realmente dice lo que piensa. Que cambie de opinión, bueno, es un detalle. Vos sabés, en este país no toleran a los exitosos...