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Después de dos años y tres meses, y un día después de sufrir un ataque que incluyó destrozos y pintadas celestes y blancas, Independiente volverá hoy a ser local en su propio estadio, el renovado estadio Libertadores de América, al recibir al puntero Colón. Habrá 32 mil personas en el partido, pero los dirigentes esperan que cuando las obras concluyan definitivamente, la capacidad aumente a 45 mil.

Remodelado con un estilo europeo, el estadio tardó casi tres años en alistarse y su presupuesto sufrió un fuerte incremento de un proyecto de 10 millones de dólares a un gasto final de 35 millones, según el presidente del club de Avellaneda, Julio Comparada. “Es una satisfacción grande, un sueño que empezamos hace cuatro años y la gente de Independiente aguantó malas campañas y apoyó”, dijo el dirigente.

El flamante estadio fue objeto de un ataque en la madrugada de ayer, cuando seis hombres ingresaron al predio tras amenazar con arma de fuego a un vigilador y embadurnaron con pintura celeste al menos dos tribunas. También el frente de la sede del club, sobre la avenida Mitre, en Avellaneda, a varias cuadras de donde se erige el estadio, recibió un ataque similar.

“Seis personas amenazaron con armas al custodio de uno de los ingresos, entraron y ensuciaron la tribuna alta visitante y las plateas del sector Arsenio Erico”, contó el jefe de prensa del club, Mario Perípoli, a la agencia DyN. “Al no tener pruebas no se puede culpar a nadie”, dijo el dirigente. Ayer se procedió al repintado de las tribunas para dejar el estadio listo para la reinauguración.

El presidente de Racing, Rodolfo Molina, llamó a su par de Independiente a “unir esfuerzos para combatir este flagelo de la delincuencia”. Molina dijo no tener precisiones acerca de si fueron barras de Racing los responsables del ataque. “El que delinque es un delincuente, más allá del club con el que simpatice. Todos los dirigentes tenemos que aunar esfuerzos para que esta gente tenga el castigo que corresponda”, pidió el titular de Racing.