Unas 300 mil personas le pusieron marco multitudinario a la largada del Dakar 2010, la edición del Bicentenario, que vuelve a correrse en Sudamérica como en 2009 gracias al aporte de 12 millones de dólares de los gobiernos de la Argentina y Chile a la empresa organizadora francesa ASO. El público inundó la avenida 9 de Julio para presenciar la partida, una ceremonia que duró casi cinco horas e incluso desbordó parte del trayecto inicial, invadiendo la autopista 25 de Mayo para vivar a los 361 competidores que, finalmente, partieron en la prueba de más de 9 mil kilómetros, que terminará el próximo domingo 17 también en Buenos Aires.

Eran 362 los competidores habilitados para partir, pero el drama deportivo golpeó al Dakar aun antes de la propia largada (ver aparte). El bonaerense Marcos Patronelli y el mendocino Orlando Terranova fueron los argentinos más ovacionados en la partida, aunque el aplauso se lo llevó, una vez más, el estadounidense Robby Gordon, el ex piloto de Indianápolis que el año pasado terminó tercero en el Dakar. Con su poderoso Hummer, saltó la rampa de largada elevándose varios metros sobre el pavimento de la 9 de Julio, a metros del Obelisco.

“Buenos Aires es la capital ‘tuerca’ del mundo”, dijo el chileno Carlo de Gavardo, compañero de Gordon. “Corrí once Dakar en Africa y allí nunca vas a ver esta pasión que estamos viendo aquí”, aseguró. “Esto en Africa no ocurre –coincidió el español Nani Roma, que va por su Dakar número 15, con relación a la euforia del público–. Quiero agradecer la acogida del público.” Los pilotos argentinos, más acostumbrados a la euforia popular por los deportes mecánicos, no se mostraron tan asombrados.

La afluencia del público complicó el tránsito en la autopista y a la salida de Buenos Aires el tránsito se hizo denso, retrasando a varios competidores, especialmente a los camiones, que partieron en último término. El Acceso Oeste y el Camino del Buen Ayre se atascaron.

“Este Dakar será mucho más duro que el del año anterior –confió Terranova, que compite para el equipo semioficial Mitsubishi–. Quiero llegar entre los cinco primeros, tenemos máquina para ser protagonistas.”

Mucho antes, Marcos Patronelli –segundo en la edición 2009 en la categoría de cuatriciclos– había sido ovacionado en el Obelisco. “Mi objetivo sigue siendo llegar”, dijo el piloto de Las Flores, sacándose la presión. “El Dakar hay que correrlo paso por paso, y todo dependerá de la suerte que tenga en cada etapa.” En total se pusieron en marcha 44 pilotos argentinos (17 en autos, 13 en motos, 13 en cuatriciclos y uno en camiones). Desde el Obelisco largaron, entre las 14.40 y las 19.45, 361 máquinas: 134 autos, 25 cuatriciclos, 150 motos y 52 camiones.

La largada del Dakar en el Obelisco, desde donde los participantes marcharon en enlace rumbo a Colón, donde pasaban la noche, dio para todo. El argentino Eduardo Alan, que el año pasado estuvo perdido casi un día entero en las dunas mendocinas, se arriesgó desde el arranque haciendo wheelies en plena 9 de Julio. La moto de Alan se salvó por poco de quedar involucrada en el incendio que afectó la máquina de Javier Pizzolito, el primer abandono del Dakar.

El checo Martin Macek fue despedido por dos bellezas de su país, Miss Mundo 2006 y Miss República Checa 2009, más bonitas que la Yamaha Nº 15 que el piloto intentará traer de regreso a Buenos Aires en poco más de dos semanas. El motociclista guatemalteco Francisco Arredondo (KTM) tuvo su momento de gloria: el embajador de su país subió a la rampa a desearle suerte. Cerca de las 19.30 comenzaron a llegar a Colón, desde donde hoy muy temprano se pondrá en marcha la caravana rumbo a Córdoba.