Boca y River completarán hoy los 81 minutos que faltan del superclásico del fútbol argentino, que el domingo pasado debió ser suspendido por la intensa lluvia. Para este duelo habrá nuevamente un imponente operativo de seguridad, similar al que se había programado para el último fin de semana. El partido se dividirá en un tiempo de 41 minutos y otro de 40, pero en la etapa inicial el árbitro Héctor Baldassi adicionará al menos tres minutos, que fueron los que se perdieron cuando los hinchas de Boca arrojaron serpentinas y provocaron la detención del juego.

La postergación le trajo un gran inconveniente al técnico de Boca, Abel Alves, quien no podrá contar con el lateral Hugo Ibarra y tuvo que cambiar la idea original del sistema de su equipo. Encima, éste no será un superclásico más para Boca, porque una derrota desataría una crisis alrededor del cuerpo técnico, el plantel y la dirigencia, que ya está pensando en la llegada de otro conductor, entre los que se menciona a Guillermo Barros Schelotto, según confirmaron fuentes de la entidad.

Durante una semana Alves pensó una forma para jugarle a River y así empezó el domingo. Pero de golpe esa idea se modificó, todo por el mal estado de la cancha a causa de la lluvia torrencial que se registró. En primer lugar, Ibarra se desgarró el lunes y lo que podría ser sólo un movimiento de piezas se transformó en una variante táctica y de esquema, ya que no es lo mismo tener por derecha un lateral natural que a un zaguero central sin proyección, como es el caso de Ezequiel Muñoz.

Pero ése no es el único problema, porque si bien todo indica que Claudio Morel Rodríguez será titular, el lateral del seleccionado paraguayo no estará en sus mejores condiciones físicas, debido a que padece una contractura. La intención, apenas se lesionó Ibarra, era mantener siempre tres en el fondo y que Morel sea salida constante, pero ahora exigir de esa manera al marcador de punta izquierdo puede ser todo un riesgo.

En la práctica que el plantel realizó ayer por la mañana en el predio de Casa Amarilla, Morel Rodríguez participó del entrenamiento junto con el resto de sus compañeros y no sintió secuelas de la dolencia.

Por el lado de River, el entrenador Leonardo Astrada no habló con la prensa antes de la continuación del partido, a partir de que la interrupción lo favoreció debido a que le dio tiempo para sumar trabajo con los titulares.

La primera noticia positiva para River pasó por el hecho de que tenía en el equipo dos jugadores titulares cuyo estado físico y falta de minutos de fútbol eran notorios, que son los casos de Gustavo Cabral y Matías Almeyda. Cabral jugó su último partido oficial en diciembre pasado, y Astrada decidió que retorne justo en este súper-clásico ante Boca. Y en la semana previa al partido del domingo pasado, el ex defensor de Racing recién apareció entre los titulares el viernes, realizando ese día la única práctica de fútbol formal junto a Alexis Ferrero, su compañero en el centro de la defensa. De esa manera, Astrada también pudo trabajar más con los marcadores centrales, quienes hicieron fútbol juntos el lunes y el martes, y ayer, a puertas cerradas, hicieron ejercicios tácticos livianos.

Pero el técnico utilizó estos días para darle más entrenamientos a Almeyda, quien vuelve después de tres semanas, en la posición de volante por derecha. También fue una ventaja para River trabajar con la tranquilidad que lo hizo durante estos días, con el técnico que no dudó en ningún momento de que los protagonistas que saldrán hoy a la cancha serán los mismos que empezaron jugando el domingo.