DEPORTES › EMPIEZA HOY LA 43ª EDICION DE LA COPA LIBERTADORES
Menos dinero y fútbol, hay de todo
Con una reducción de 41 a 29 millones de dólares en el monto de los premios y una devaluación marcada en la jerarquía de los participantes, el tradicional torneo puede ser un fácil bocado para los equipos argentinos. Hoy debutan San Lorenzo y Vélez.
Por Ariel Greco
Con una notable reducción en los premios para los equipos participantes, hoy comenzará la cuadragésima tercera edición de la Copa Libertadores, cuyo inicio estuvo en serio riesgo por la dura situación económica. Recién luego de que las empresas dueñas de los derechos televisivos consiguieron presentar los avales bancarios, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) confirmó la realización del certamen, que contará con la participación de cinco equipos argentinos. Sin embargo, para los representantes nacionales es una buena ocasión para mantener la hegemonía que impuso Boca en las últimas dos temporadas, ya que los rivales directos aparecen bastante debilitados, en especial los brasileños.
De los 41 millones de dólares que se distribuyeron en la competición de 2001, la cifra será reducida a 29 millones para el campeonato que se inicia hoy. Las rebajas en los premios están motivadas por el menor aporte de las empresas televisivas. El dueño original de los derechos, el consorcio TyT (integrado por la brasileña Traffic y la argentina Torneos y Competencias), los cedió hace dos años a la americana PSN, una empresa que atraviesa una grave crisis financiera y que no pudo hacerse cargo de los compromisos asumidos. Esa baja hizo tambalear el comienzo de la Copa. Ante esa situación, TyT renegoció un nuevo contrato con Fox Sports, por un monto menor al firmado con PSN, aunque lo suficiente para satisfacer las aspiraciones de la Conmebol. En Argentina, TyC produce buena parte de la señal periodística de FoxSports para América Latina.
De acuerdo a lo que informaron fuentes de la Conmebol, TyT y su nuevo socio se comprometieron a pagar 30 millones de dólares, en seis cuotas mensuales de 5 millones a partir de febrero. Los más afectados por las rebajas serán los clubes que superen la primera fase, ya que el premio por la participación de los 32 equipos seguirá siendo de 150 mil dólares por partido disputado en condición de local.
En cambio, a partir de la segunda fase se notará el ajuste: de los 27 millones que repartió le edición anterior a partir de los octavos de final, la reducción los dejará en 15 millones. Ese descuento del 30 por ciento motivó la queja de varias instituciones, sobre todo las argentinas.
Tanto Boca como River se presentaron ante Conmebol para reconsiderar la medida, pero recibieron una respuesta negativa. Igualmente, para la alicaída economía de los clubes argentinos será un ingreso mucho mayor al que podrían aspirar con los torneos locales.
Pero la devaluación del torneo no es sólo económica. En el aspecto deportivo, la Libertadores 2002 se presenta en el arranque mucho menos atractiva que en las ediciones anteriores, aunque a priori mucho más accesible para los equipos argentinos.
De los cuatro representantes brasileños, sólo Gremio y Flamengo pueden mostrar una tradición copera importante. Los otros dos son Atlético Paranaense, debutante absoluto en la Copa, y Sao Caetano, que apenas la disputó una vez y ni siquiera accedió a la segunda fase. Basta con comparar el fixture que debió sortear Boca para llegar al final del año pasado para notar la diferencia. Antes de cruzarse con Cruz Azul, el equipo de Bianchi debió eliminar a Vasco da Gama y a Palmeiras.
Pero no sólo los brasileños presentan representantes que no asustan tanto. De los tres equipos colombianos, el único con tradición copera es el América de Cali. En cambio, el Once Caldas –más allá de un triunfo 4-1 ante River– y el Atlético Tuluá no surgen como adversarios de temer. Incluso los conjuntos chilenos –Universidad Católica, Cobreloa y el campeón Santiago Wanderers– suenan mucho menos peligrosos que los históricos Colo Colo y Universidad de Chile. Y más allá de su mística en la Libertadores, el presente de Nacional, Peñarol y Olimpia no parece poder equipararse con el poderío de River, Boca y San Lorenzo. Así, la cuadrágesima tercera edición de la Copa Libertadores se presenta como un ocasión inmejorable para que el trofeo permanezca en Argentina. Claro quepara ello habrá que esperar hasta el 31 de julio, ya que el certamen se interrumpirá antes de las semifinales.