Jueves, 30 de diciembre de 2010 | Hoy
DEPORTES › EN 1972 SACUDIó A MONZóN EN EL LUNA
Por Daniel Guiñazú
Falleció Bennie Briscoe. El moreno estadounidense de granítica resistencia, que en 1972 hizo tambalear a Carlos Monzón en una recordada pelea por el título mundial de los medianos en el Luna Park, dejó de existir ayer a los 67 años en Filadelfia, EE.UU. por causas que se desconocen. Briscoe llevaba una semana de internación en el hospital de la Universidad de Temple.
Desde que se bajó de los rings a fines de 1982 sin haber sido jamás campeón del mundo, poco y nada se conoció acerca de la vida de Briscoe, nacido en Augusta, Georgia, el 8 de febrero de 1943. Pero el aficionado argentino al boxeo (y sobre todo aquellos mayores de 40 años) no podrá olvidar aquella terrible derecha con la que sacudió a Monzón, la tarde del 11 de noviembre de 1972 en el estadio de Corrientes y Bouchard. Fue el momento más dramático de la extraordinaria vida deportiva del santafesino. Nunca antes y nunca después estuvo tan cerca de perder la corona de los 72 kilos y medio.
Monzón venía ganando con comodidad aquella pelea en el Luna, seis días antes del primer regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina. Pero no podía noquear al rapado Briscoe. Su impresionante capacidad de absorción al castigo superaba el poder de los puños del campeón que ese mismo año había defendido tres veces su corona ante el estadounidense Denny Moyer, el francés Jean Claude Bouttier y el danés Tom Bogs y en todas había ganado antes del límite.
Llegado el noveno round, de repente Briscoe salió de su robótico estilo de pelea y sacó una derecha voleada que se estrelló en plena mandíbula de Monzón y lo hizo tambalear. En ese momento, el campeón estaba contra las sogas que daban a la calle Lavalle y fue el encordado el que aguantó su cuerpo. Si hubiera estado en el centro del cuadrilátero, otra habría su historia y otra, también, la historia del boxeo argentino.
Monzón se amarró a tiempo, echó un vistazo al reloj y se recuperó hasta terminar alcanzando una amplia victoria por puntos en 15 rounds. Pero Briscoe, quien redondeó una campaña profesional de 66 victorias (53 antes del límite), 24 derrotas (sólo pudo noquearlo Rodrigo Valdez en 1974 por la corona vacante del Consejo) y cinco empates, esa tarde en el Luna le dio el susto más grande de su gloriosa carrera.
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