Con goles de Pavone y Palermo, Boca y River empataron anoche 1-1 en el estadio Malvinas Argentinas, de Mendoza, en la definición de la Copa Revancha, que se adjudicaron los boquenses gracias a su victoria (2-0) en el superclásico disputado en Mar del Plata.

River salió a jugar obligado por las circunstancias y fue en ese registro donde por primera vez en el verano logró aparecer como ese equipo que los hinchas anhelan. La clave se vio de entrada, con el buen trabajo de sus volantes, sobre todo de Acevedo, Almeyda y Lamela, quien a los cinco minutos, en pleno dominio riverplatense, dio la nota con un lindo zurdazo cruzado que se estrelló en el palo izquierdo del arco de García.

No fue sólo un llamado de atención para la defensa boquense, que dos minutos después iba a sufrir su primer gol en contra en los partidos de verano. Buonanotte desbordó por la izquierda y sacó un centro para que Pavone, que le ganó la posición a Insaurralde, cabeceó al arco. García respondió y tapó, pero el delantero aprovechó el rebote y con la rodilla, más por insistencia que por claridad, la empujó para el 1-0.

Y River se agrandó. Porque Boca no lograba hacer pie en el mediocampo, lo que hasta ayer parecía una marca registrada del inicio del ciclo de Falcioni. Almeyda se animó y probó de media distancia con un derechazo que casi se mete, de no ser un el manotazo desesperado de García, que terminó sacando la pelota al corner.

Boca no encontraba la pelota y tampoco era el equipo compacto de sus primeras presentaciones. Incluso tuvo que esperar un cuarto de hora para tener su primera llegada, un centro de Mouche que Caruzzo cabeceó suave, a las manos de Chichizola, que unos minutos más tarde volvería a lucirse controlando un tiro libre de Chávez.

La levantada de Boca vino (literalmente) de la mano de Colazo. El juvenil se ayudó con brazo y mano para acomodarse la pelota tras un envío de Clemente y, ante el reclamo de Maidana, sacó un centro al corazón del área. Y ahí se equivocó el arquero Chichizola, quien salió a cortar mal y le sirvió la pelota a Palermo, al Titán, que no perdonó y, de cabeza, le gritó su gol número 17, y volvió a poner a sus compañeros en partido.

Los dirigidos por Jota Jota López acusaron el golpe. Y rápidamente dejaron de ser los del arranque. De eso se agarró Boca para soltarse y dominar el trámite en el complementario. Es que River se desdibujó y no volvió a mostrar su buen juego del inicio: Almeyda ya no era patrón en el medio y Lamela perdía la pelota con facilidad ante las marcas de Rivero o Somoza, y así no les llegaba a Buonanotte ni a Pavone. Jota Jota buscó soluciones en el banco y mandó a la cancha a Bordagaray; a Buonanotte, brazos en jarra, no le gustó el cambio. Después salió Lamela (ingresó Lanzini), pero River no mejoraba.

Boca, en cambio, era apenas superior, aunque no hacía demasiado como para inclinar la cancha, como si se conformara sólo el dominio. Mouche, que hizo otro buen partido y casi anota en el arranque de la segunda parte, se retiró entre aplausos para dejarle su lugar al repatriado Noir. No hubo grandes diferencias entre uno y otro, por lo que la igualdad pareció ser el resultado más justo.

1- BOCA

García; Calvo, Caruzzo, Insaurralde, Rodríguez; Chávez, Somoza, Rivero, Colazo; Mouche, Palermo.

DT: Julio César Falcioni.

1- RIVER

Chichizola; Maidana, Ferrero, Román, J.M. Díaz; Pereyra, Almeyda, Acevedo, Lamela; Buonanotte, Pavone.

DT: Juan José López.

Estadio: Malvinas Argentinas (Mendoza).

Arbitro: Héctor Baldassi.

Goles: 7m Pavone (R), 25m Palermo (B).

Cambios: 61m Bordagaray por Buonanotte (R), 65m Noir por Mouche (B), 70m Lanzini por Lamela (R), 81m Viatri por Chávez (B), 89m Arano por Pereyra (R), 90m Monzón por Colazo (B).