La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, recibirá hoy en Brasilia al titular de la FIFA, Joseph Blatter, en una reunión considerada vital para superar la crisis en las relaciones entre el ente rector del fútbol mundial y el país que organizará el Mundial de 2014. La crisis fue desatada por declaraciones del secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, quien hace dos semanas opinó que Brasil necesitaría una “patada en el culo (sic)” para acelerar las obras de estadios e infraestructuras prometidas para el Mundial y aprobar la Ley General, que define el marco legal para la cita.

Desde las polémicas declaraciones, que llevaron Brasil a anunciar su veto a Valcke como interlocutor, se han registrado avances, entre ellos el pedido formal de disculpas de la FIFA, que aplazó a fecha indeterminada la visita de inspección de su “número dos” al país. Además, se retiró del escenario un “enemigo” de Rousseff y de Blatter, el empresario Ricardo Teixeira, quien anunció el martes su renuncia al comando de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y del Comité Organizador Local (COL) del Mundial, en medio de denuncias de corrupción.

En la noche del miércoles apareció un nuevo problema: los aliados del gobierno brasileño en el Cámara baja del Congreso anunciaron su intención de retirar del texto de la Ley General del Mundial la disposición que permite la venta de cerveza en los estadios durante la cita, que había sido aprobada en una comisión especial de la Cámara. El permiso para la venta de bebidas alcohólicas es considerado una condición innegociable por la FIFA para los países que organizan el Mundial, ya que afecta los intereses de uno de los principales patrocinadores de la cita, la cervecera Budweiser.

El gobierno brasileño reaccionó de inmediato al anuncio de los diputados oficialistas y el ministro del Deporte de ese país, Aldo Rebelo, lanzó una ofensiva de negociación para mantener la disposición en el texto de la ley, al tiempo que reiteró que la venta de bebidas alcohólicas forma parte de los compromisos asumidos por Brasil con la FIFA. La rápida reacción del gobierno hizo sepultar la idea de cambiar el texto de la Ley General, y ayer el relator del proyecto, el diputado del Partido de los Trabajadores (PT) Vicente Cándido, anunció que la autorización para la comercialización de cerveza no será retirada del proyecto que será votado la semana próxima por el pleno de la Cámara baja.

Sellar la paz entre la FIFA y Brasil no es el único objetivo de la reunión hoy, en la que intervendrán además Rebelo y el ex futbolista Pelé, nombrado el año pasado como “embajador” del gobierno para el Mundial de 2014. Según el corresponsal del diario O Estado de Sao Paulo en Ginebra, Jamil Chade, Blatter desea además elaborar conjuntamente con Rousseff “una agenda y un calendario para los próximos dos años, con la esperanza de asegurar que no volverán a ocurrir retrasos en las obras”.