Mar 25.09.2012

DEPORTES  › FUTBOL > EN SAN LORENZO HUBO UNA REUNIóN PARA CALMAR LOS áNIMOS ALTERADOS

Hicieron terapia de grupo

El presidente Lammens, el cuerpo técnico (encabezado por Caruso Lombardi) y los futbolistas se juntaron para limar asperezas y dejar atrás el incidente entre Palomino y Alvarado, que se pelearon en el entretiempo del partido ante Vélez.

Los jugadores de San Lorenzo, el cuerpo técnico (encabezado por Ricardo Caruso Lombardi) y el presidente Matías Lammens firmaron ayer la paz de vestuario en una extensa reunión antes del entrenamiento posterior a la derrota con Vélez, el sábado pasado. La idea fue minimizar los efectos de la pelea entre los defensores Pablo Alvarado y José Luis Palomino durante el entretiempo de la caída ante los de Liniers.

El resultado adverso, tercero en ocho fechas del Torneo Inicial, disparó nuevas internas en el plantel, enojó al entrenador (cuestionado por la falta de juego) y preocupó a la dirigencia, que no quiere resabios de la gestión anterior de Carlos Abdo. Lammens asistió por la mañana a la primera práctica semanal en la Ciudad Deportiva y reclamó a los futbolistas que garanticen una buena convivencia. El pedido obedece a la pelea de Palomino y Alvarado en el entretiempo, que obligó al sureño a jugar todo el segundo tiempo con un vendaje en la cabeza por el corte que sufrió como consecuencia del golpe que le propinó su compañero.

Antes de la charla con el presidente, los futbolistas hicieron una autocrítica a solas, a la que se sumó más tarde Caruso Lombardi, que los había reprendido con fuerza. “La discusión ya está resuelta. Lo que sucedió entre Alvarado y Palomino no influyó para nuestro juego en el segundo tiempo”, indicó el capitán, Nicolás Bianchi Arce, que salió a blanquear la situación. “Tuvimos una charla entre nosotros y luego con el cuerpo técnico. El grupo está bien. Tenemos que ganar el próximo partido”, remarcó el defensor después del trabajo. Alvarado y Palomino, ambos jugadores surgidos de la divisiones inferiores, no arrastran una mala relación y el episodio del sábado se produjo por una discusión del partido que fue subiendo de tono hasta que se provocó la pelea.

De esa forma, maquilló la nueva interna de los jugadores que llevó a algunos de ellos, como el delantero Denis Stracqualursi, a pedir “otra actitud” para el futuro. En ese contexto, Caruso Lombardi deberá revertir la pálida imagen de San Lorenzo en el clásico ante Racing, el sábado, en

Avellaneda, que puede desestabilizarlo, más allá del respaldo dirigencial. Antes de la práctica, en diálogo con radio La Red, Caruso Lombardi aseguró que el vicepresidente primero de club, Marcelo Tinelli, “no puso plazos” para su continuidad, pero reconoció que lo llamó por teléfono para decirle que “estaba preocupado” por el equipo, próximo a la zona de descenso. “No pensé en dar un paso al costado. Por lo que hablo con los dirigentes, no tengo dudas de nada”, aseguró luego de la reunión con los jugadores y el presidente. Caruso admitió su enojo con los futbolistas, tras la derrota con Vélez, porque “se cayeron con el segundo gol” y responsabilizó a un sector de la prensa por el clima enrarecido. “Hay gente que ataca todo el tiempo. Me la banco, pero se tiene que terminar”, reclamó el ex entrenador de Racing y Tigre, entre otros.

San Lorenzo, con nueve puntos sobre 24 posibles en lo que va de la temporada, jugará ante Racing el sábado a las 20.20 con la urgencia de ganar por primera vez de visitante. Para el clásico, el DT podrá contar nuevamente con el volante Ignacio Piatti, que aportó un salto de calidad en la victoria sobre Colón en la sexta fecha y que luego sufrió una lesión que lo marginó en las derrotas con Newell’s y Vélez.

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