El empate agónico con sabor a victoria que cosechó Boca el domingo pasado en el Superclásico parecía ser el puntapié para que el equipo lograra superar la turbulencia y volviera a reinar la serenidad y la armonía en un plantel convulsionado por la falta de resultados. Sin embargo, eso, por ahora, es sólo un anhelo. Es que en el club de la Ribera se viven horas muy distintas. Luego del conflicto que se suscitó el lunes entre el DT, Julio Falcioni, y Clemente Rodríguez, ayer fue el capitán, Rolando Schiavi, quien dio la nota. El defensor se retiró antes del entrenamiento con gesto de dolor y fastidio, producto de algunos golpes que recibió por parte de sus compañeros en la práctica llevada a cabo en Casa Amarilla. Por otra parte, Cristian Erbes, que reemplazará a Leandro Somoza –suspendido– ante San Lorenzo, aseguró que necesitan “sumar tres puntos” para “calmar la ansiedad que tiene la gente”.

Si alguien pensó que ese puntazo de Walter Erviti en el último minuto para rescatar al menos un punto frente a River iba a ser el disparador para unir un plantel dividido tras la abrupta salida de Juan Román Riquelme, estaba equivocado. Ayer, Schiavi, que atraviesa sus últimos momentos como futbolista, se retiró antes del entrenamiento. ¿El motivo? “Cansancio”, alegó el ex Argentinos. No obstante, como se pudo apreciar, hubo algo más. El zaguero, molesto con la intensidad con la que marcaron en un picado algunos compañeros que fueron más fuerte de lo habitual por ser una práctica, se enojó con Falcioni y tomó la decisión de abandonar el predio con gestos de dolor en su pierna izquierda. La situación cambió el clima en Casa Amarilla. Los chistes usuales entre los jugadores fueron reemplazados por miradas serias durante el resto del entrenamiento. Pero el hincha no debe asustarse. No hubo parte médico y Schiavi, pese a la molestia física, estará presente ante San Lorenzo.

Por otro lado, tras la práctica, Cristian Erbes, que comandará el mediocampo junto a Erviti, ya palpita el duelo ante el conjunto de Boedo. “Es un clásico. Tenemos la ventaja de jugar en nuestra cancha con el aliento de nuestra gente. Necesitamos ganar para repuntar en la tabla”, remarcó el juvenil en diálogo con Página/12. Sobre la floja performance del equipo, el mediocampista puntualizó: “No estamos jugando bien. Desde ya que queremos cambiar la imagen. También se perdió ese toque de suerte que nos hacía ganar partidos a pesar del rendimiento”.

En tanto que Lautaro Acosta, que con su velocidad le cambió la cara a Boca en el Superclásico, se entusiasma con la posibilidad de ser titular. “El entrenador aún no confirmó nada. Uno siempre se prepara para poder jugar”, expresó el ex Lanús, que recalcó la importancia que tiene el encuentro contra los conducidos por Juan Antonio Pizzi. “Tenemos que ganar, porque jugamos de local y es un clásico. Ellos también vienen con urgencias y creo que se dará un partido abierto”, pronosticó Acosta.

Informe: Matías Jofré.