El plano del circuito: las rectas largas de Libertador y Figueroa Alcorta, los retomes en el ACA y en Ayacucho, el tramo de Tagle y la chicana de Pueyrredón. A la derecha, Matías Rossi.

A causa de dificultades prácticas, con la construcción del metrobús en la avenida 9 de Julio, o probablemente para no generar las ácidas críticas de la primera edición, un año atrás, el callejero porteño se mudó del Obelisco a Palermo. Desde fines de febrero se trabaja por las noches para colocar los bloques de cemento de 3,2 toneladas cada uno que delimitarán el nuevo circuito, un sencillo dibujo de 3200 metros de recorrido, en el que se presume se superarán los 250 km/h de velocidad máxima. Los coches del SúperTC2000 tronarán allí dentro de dos fines de semana, el 30 y el 31 de marzo, sábado y domingo de Pascuas.

El Viernes Santo, a la noche, el circuito quedará definitivamente cerrado al tránsito. Su traslado a la zona de Palermo, sobre las avenidas Figueroa Alcorta y del Libertador, y el tramo de la calle Tagle ante ambas, no sólo ha producido menos quejas respecto de los inconvenientes del tránsito; supone además que, a diferencia de lo sucedido en el 2012, no quedarán edificios de departamentos “atrapados” por la traza, como en el callejero del Obelisco. Aunque el circuito, que se recorrerá en sentido horario, es un poco más extenso que el del 2012, se presume que habrá menos lugar disponible para el público.

Los boxes estarán ubicados sobre Libertador, entre Austria y Tagle, y la carrera pasará frente al imponente edificio del Automóvil Club Argentino, desde donde en los ’50 se ponían en marcha los Grandes Premios de TC. La isleta de Libertador y Pueyrredón tendrá un uso adicional: será la chicana que los autos tendrán que transitar para reducir su velocidad antes de afrontar el tramo de los boxes, tramo que se está reasfaltando.

El campeón del SúperTC2000, José María López, opinó que en el tramo más veloz, por Figueroa Alcorta entre Tagle y Ayacucho, los autos de casi 400 HP rozarán los 260 km/h. Según la data del equipo Peugeot, la velocidad máxima allí alcanzará los 254 km/h; el año pasado, frente al Teatro Colón, llegaron a caminar a 246 km/h. Para Matías Rossi (foto superior), tres veces campeón de la categoría, los 250 km/h serán lógicos.

“El circuito es un tanto básico, un triángulo con dos horquillas en los extremos”, asegura Rossi. “No es tan interesante para manejar, pero al menos tiene esas dos frenadas violentas, al final de cada una de las rectas largas, que posibilitarán que los autos se pasen; además, los ‘dedos’, esos retomes, permiten transitar por otras trayectorias y generar más maniobras.” ¿Puede ser más entretenido? “Para la gente, sí; para nosotros...”. La gente tendrá acceso gratuito en la periferia del circuito; el interior está vendido a los sponsors. La carrera, apertura del torneo del SúperTC2000, es organizada por la empresa Venue Brand Experience, que realizó el último Pepsi Music de rock.

El juez porteño Guillermo Scheibler ordenó colocar pantallas acústicas para atenuar el sonido de los motores V8, se colocarán especialmente en las zonas de frenado. El ruido empieza a crecer y estallará el fin de semana de Pascuas. Este año no estará, como en el 2012, en la Catedral metropolitana, el ahora papa Francisco para bendecir los coches...