No hay postergación: la primera final de la Copa Libertadores se jugará el miércoles próximo, 25 de junio, a las 21.40, en La Bombonera, y la revancha ante el Santos, la reedición de la final de hace cuatro décadas, se disputará una semana después, el miércoles 2 de julio, no en el tradicional estadio de Vila Belmiro, en el puerto paulistano, sino en el estadio Morumbí de la ciudad de San Pablo. Boca volvió de Colombia ayer por la mañana, en vuelo charter y exhibiendo gran confianza. “Fue una noche casi perfecta”, la caracterizó el entrenador Carlos Bianchi.
Pocas horas después de vapulear 4-0 al América en Cali, el plantel de Boca abordó la máquina de LADE que lo trajo del regreso al país. El charter llegó a la base aérea de El Palomar a las 7.40 y los jugadores se retiraron a descansar, ya que Bianchi afrontará el partido de mañana, ante Talleres, en Córdoba, con el equipo alternativo que jugó las últimas dos fechas del Clausura.
“Estoy muy feliz por los muchachos, quienes estuvieron a la altura del acontecimiento, que era muy grande –reconoció Bianchi–. Fue una noche casi perfecta, teniendo en cuenta que le ganamos a un rival difícil y en una cancha difícil. Y pensar que hace cuarenta días estábamos casi eliminados...”, recordó el entrenador, en tono de sorna, en referencia a la derrota 1-0 ante el Paysandú brasileño en La Bombonera, en el partido de ida por los octavos de final de la Copa.
El técnico inclusive les envió un mensaje a los tradicionales rivales del club de la Ribera: “Boca jugó cerca de lo ideal –señaló–, que no es poco en una cancha donde no hace mucho River perdió frente al mismo equipo”.
Bianchi aseguró que le “da mucho placer que el fútbol argentino esté representado nuevamente en una final de Copa Libertadores”. Boca, cuatro veces campeón de América (1977, 1978, 2000 y 2001, estas dos últimas con Bianchi como entrenador), jugó su primera final del torneo continental en 1963, hace cuarenta años, precisamente ante el Santos, que se quedó con el título (ver aparte).
“Los dos equipos tienen el 50 por ciento de posibilidades de conseguir el triunfo”, opinó el entrenador, quien, se asegura, está siguiendo de cerca las actuaciones del equipo brasileño desde hace más de un mes, previendo un enfrentamiento como el que se va a producir.
“Si el Santos lleva 12 partidos invicto en la Copa, con siete triunfos y cinco empates, quiere decir que es un buen equipo y por eso tenemos que jugar en un buen nivel para ganarle”, subrayó Bianchi, demostrando un conocimiento especial sobre el futuro rival.
Respecto de los problemas que el Santos mostró en los últimos partidos a nivel defensivo, Bianchi sostuvo: “Ningún equipo es perfecto; el Santos es un conjunto respetable al que trataremos de vencer”.