El torneo Clausura ya navega en las aguas de la definición, con dos fechas y un poco más por jugarse. Los tres candidatos principales a jugarse con el título, River, Boca y Vélez, juegan en la misma jornada, lo que no ocurre desde hace varias fechas, pero en distintos horarios, una disparidad que puede actuar a favor o en contra de acuerdo a las circunstancias que rodean a cada plantel. River estrena la punta ante Gimnasia, a las 16.10, en una situación especial, ya que no depende de nadie para conquistar el logro, y el ingeniero Manuel Pellegrini depende de esa conquista para quedarse con el cargo de entrenador. Daniel Ludueña, la figurita ascendente del líder, estará desde el arranque. Con un equipo compuesto en su mayoría por suplentes, Boca visitará a Talleres en Córdoba desde las 18.10 –jugando con todos los resultados puestos– y pensando que, seguramente, suspenderá su partido de la 18ª fecha ante Independiente, embarcado en la final de la Libertadores. Por último, Vélez hará un esfuerzo matutino para recibir a Newell’s y no perder el tren.
En la definición también navega Independiente. Porque tiene, desde hace algunas fechas, un entrenador nuevo, Oscar Alfredo Ruggeri, que no está contando con todos los elementos como para poder empezar a imprimirle al equipo un estilo propio, entre jugadores que sólo están pensando en la despedida (como Montenegro o Pusineri, entre otros) y tratativas por refuerzos que no terminan de concretarse.
A esa incertidumbre se le suma la ansiedad del hincha, que no termina de creer que su equipo es el actual campeón del fútbol argentino, prácticamente con los mismos futbolistas que constituyen el equipo titular. Pero, pese a eso, éste es un equipo muy distinto, sin el hambre ni la eficacia que caracterizaron al campeón. Entonces, ni siquiera ante Banfield, un rival que no ha tenido una buena campaña, que todavía no se ha salvado de la Promoción, pero que hace casi una década que no pierde en Avellaneda, pudo hilvanar una actuación convincente que sirva de piedra fundamental para el Rojo by Ruggeri que se espera ver en el próximo torneo.
Independiente tuvo muchas más situaciones que Banfield a lo largo del partido, pero se fue derrotado. Muchos disparos de media y larga distancia, de parte de Insúa, Montenegro o Ríos, no alcanzaron a compensar la falta de peso de Silvera en el área. Cuando el equipo de Garisto se animó, Villavicencio, en una mala noche en la que reemplazaba al suspendido Gabriel Milito, le cometió un penal tonto a Fernando Alvarez, que el shoteador Moreno y Fabianesi transformó en gol. La insistencia ante Barbosa no dio frutos y el resultado no se modificó.