Apenas la juvenil Paula Ormaechea le dio una alegría al tenis argentino en la segunda jornada de Roland Garros. Entre los varones, las presentaciones se contaron por derrotas, con la de Juan Mónaco como la más dolorosa, teniendo en cuenta que se imponía por dos sets al español Daniel Gimeno Traver antes de caer en cinco parciales. Hoy será el turno de saltar a la cancha de los tres argentinos que quedan en competencia, que tienen una difícil misión: desde 1995 que al menos un argentino llegó a la segunda ronda del certamen parisiense.

Muy dolorosa resultó la derrota de Mónaco, que venía de festejar el título en Dusseldorf la semana pasada. El tandilense se había quedado con los dos primeros sets y parecía que era un trámite sellar el partido. Sin embargo, luego de tres horas y 48 minutos cayó 4-6, 4-6, 7-6 (4), 6-4, 6-4 para despedirse del segundo Grand Slam de la temporada. “No me voy a volver loco pensando. Voy a descansar un poco, liberar un poco la cabeza y el año sigue. Quedan cinco meses de calendario y un montón de cosas para seguir mejorando”, señaló Mónaco, 17º preclasificado en el certamen. A pesar de las declaraciones, el propio jugador no entiende lo sucedido. “Tal y como había empezado, no me imaginaba este final. Pero son cosas que pueden pasar en el mundo del tenis. Es un mundo muy loco. Puedes empezar muy bien y luego te salen mal las cosas. Es difícil de explicar. Cuando tenés muchas oportunidades y las perdés...”, se lamentó el tandilense.

El resultado para Mónaco es malo también en comparación con el año anterior, cuando cayó en los octavos de final con su amigo Rafael Nadal, luego de haber eliminado al francés Guillaume Rufin, el checo Lukas Rosol y el canadiense Milos Raonic. Además, sumó la tercera derrota en primera ronda consecutiva en Grand Slams, después de una caída bastante parecida a la de ayer en el US Open ante el español Guillermo García López (1-6, 3-6, 6-4, 7-6 (6), 7-6 (3)) y la derrota en tres sets en el Abierto de Australia ante el ruso Andrei Kuznetzov. “Siempre tengo la ilusión de hacer un buen Grand Slam, pero me cuesta, me está costando”, reconoció Mónaco, el mejor de los argentinos presentes en el torneo, ante la ausencia de Juan Martín Del Potro. “No estoy ni muy, muy contento cuando gano, ni me voy a bajonear ahora, porque hay cosas peores”, sintetizó el tandilense.

Tampoco fue la jornada para Carlos Berlocq y Martín Alund. El segundo singlista del equipo de Copa Davis no tuvo chances ante el gigante estadounidense John Isner y cayó por un triple 6-4 en casi dos horas de juego, sin poder quebrar el saque de su rival ni una vez. Y en su primera aparición en un torneo grande, Alund se quedó rápido afuera al caer 6-2, 4-6, 6-1, 6-0 con el local Edouard-Roger Vasselin. “Estoy triste por la derrota, pero es una gran sensación haber jugado un Grand Slam. No tuve mi mejor día, pero no me puedo quejar, era un sueño jugar acá”, comentó el mendocino, de 27 años.

Para hoy está previsto el debut de los tres argentinos que quedan en carrera. A partir de las 6 en la cancha 4, Federico Delbonis chocará con el alemán Julian Reister. En el segundo turno, en la 5, Guido Pella se medirá ante el croata Ivan Dodig. Y a última hora, en la 8, Horacio Zeballos se las verá con el canadiense Vasek Pospisil. La misión de ellos es evitar que se repita lo sucedido en 1995, cuando Javier Frana y Hernán Gumy, únicos argentinos presentes, quedaron eliminados en la primera ronda.

Distinta fue la historia para Ormaechea. La sunchalense, que llegó desde la clasificación a su segunda intervención en un Grand Slam, se impuso 6-3, 4-6 y 6-0 en una hora y 41 minutos a la alemana Tatiana Maria. En la próxima instancia se medirá con la ganadora del cruce entre la estadounidense Coco Vandeweghe y la kazaja Yaroslava Shvedova. “Estoy tranquila conmigo misma, creo que estoy haciendo las cosas bien. Es trabajo de todos los días y las cosas se están dando”, señaló Ormaechea, que el año pasado le arrebató un set a Venus Williams. Con ese antecedente, una racha de nueve triunfos seguidos y 14-1 desde el triunfo ante Gran Bretaña por la Copa Federación, Ormaechea ya es una revelación en París. Y claro, no se achica. “Quiero ser número uno del mundo. Es mi sueño. Es un camino muy largo, tengo veinte años, me queda mucho trabajo por hacer”, aseguró la dueña de la única sonrisa argentina en París.