Luego del descenso de Independiente, sus jugadores habían optado por el silencio. Sin embargo, el capitán, Daniel Montenegro, fue el primero en dar la cara y dio a entender que se quedará en el club a afrontar la temporada próxima en la B Nacional. “Es la motivación que me queda”, remarcó el máximo referente del actual plantel.

Tras haber llegado en enero con la idea de dar una mano para salvar al equipo del descenso, Montenegro volvió a dar una muestra de cariño hacia Independiente al dejar en claro que pretende comandar al equipo en el regreso a primera división. “Lo único que me queda como motivación es poner a Independiente en donde se merece. Lo que más quiero es volver a poner a Independiente en Primera División”, afirmó Montenegro, aún dolorido, pero también “emocionado” y “agradecido” por el aliento hasta el final de los hinchas.

En una entrevista de radio La Red, Montenegro confesó que tenía ganas de llorar, pero que no lo hizo para que sus hijos no lo vieran. “Fue emocionante, un momento de mucha emoción. No lloré por una promesa que hicimos con mi mujer. Fue muy emocionante lo que la gente nos brindó, con respeto, con algo que nunca me había pasado. Es admirable con las ganas con que cantaban, esas cosas no se olvidan”, describió Montenegro, que aseguró que el descenso de Independiente no será una mancha. “La historia de Independiente es demasiado grande y no se mancha por esto. Es un dolor feo que no se puede explicar porque se cruzan muchos sentimientos”, señaló el jugador, con cuatro ciclos diferentes en el club.

En cuanto al futuro, el ex futbolista de Huracán y River expresó su preferencia para que Miguel Brindisi continúe como entrenador en la B Nacional, algo que por el momento parece seguro. “Es bueno tener una persona que te da tranquilidad en un momento que es muy difícil. Era la persona indicada en estos momentos y si bien no soy quién para juzgarlo, entiendo que nos hizo muy bien y espero que tenga la posibilidad de seguir”, sostuvo el volante.