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› ARGENTINA NO PUDO CONCRETAR EN GOLES UNA CLARA SUPERIORIDAD
Hubo cosas como para ilusionarse
El equipo de Bielsa funcionó un tiempo, el primero, y en un sector: el ataque. Llegó con fútbol al gol y le convirtieron por errores propios. Diego Milito dos veces, Chevantón y Gaby Milito en contra hicieron los goles. Muy bien el goleador, D’Alessandro y Delgado.
Argentina apenas alcanzó a empatar 2-2 con Uruguay en un partido en el que jugó muy bien en el primer tiempo y mereció ganar con bastante amplitud, aunque luego en el segundo bajó su rendimiento y terminó con silbidos de parte del público. Diego Milito, en dos ocasiones, anotó los goles locales, en tanto que Javier Chevantón y Gabriel Milito, en contra, marcaron para los uruguayos.
Como hacía bastante tiempo que no quedaba tan nítido en un encuentro de la Selección Argentina, el equipo exhibió dos caras bien distintas, mucho mejor a la hora de atacar que en el momento de defender. En ataque, el conjunto de Bielsa se asoció con criterio y varios futbolistas interpretaron las mismas ideas, por lo que las llegadas sobre el arco uruguayo se repitieron con frecuencia. Y dentro de varias individualidades en buen nivel, la figura del debutante César Delgado sobresalió sobre el resto, gracias a sus desbordes por el costado derecho. Muy diferente fue el panorama en el fondo, donde abundaron los desacoples y se sufrió bastante cuando los uruguayos se animaron, en especial Chevantón.
Con ese contexto bien claro, los goles del partido fueron un reflejo de lo que ocurrió durante la mayor parte del encuentro. Mientras los tantos argentinos llegaron luego de lucidas maniobras colectivas, los goles uruguayos se produjeron más por errores del rival que por aciertos propios. Argentina tomó ventaja rápido gracias a una palomita de Milito, que recibió un preciso centro de Delgado tras una combinación entre D’Ale- ssandro y Luis González. Sin embargo, el conjunto de Juan Ramón Carrasco reaccionó rápido luego de que Chevantón aprovechara una mala entrega de Javier Mascherano para definir con un remate cruzado.
A pesar del empate, Argentina siguió mostrando su mejor fútbol y, de esa manera, llegó al segundo gol. Delgado ganó otra vez por derecha y cedió para D’Alessandro, que remató de primera. El arquero Barbat alcanzó a desviar, pero Milito recibió el rebote para convertir. Claro que una desinteligencia entre Costanzo y Milito restauró la igualdad.
A partir de ese tanto, el dominio argentino no fue tan abrumador, aunque siempre dejó la sensación de tener mayor profundidad que su rival.
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