En un imaginario tour de compras por el Mundial de la FIFA, Argentina quedó tercera en el ranking de países que reservó entradas para ver el torneo que se disputará el año próximo. Sólo superada con holgura por Brasil, el organizador, y Estados Unidos, la demanda para ver al seleccionado nacional es simétrica a la pasión con que los argentinos vivimos el fútbol. Desde aquí se solicitaron 266.937 localidades que tienen una escala de tres precios distintos, aunque hay otras categorías más económicas para los brasileños o las personas con discapacidad. El paquete más caro por los siete partidos posibles que un equipo podría disputar en una Copa del Mundo sale 2998 dólares y 1386 dólares el más económico. La federación internacional que preside el suizo Joseph Blatter y cuyas finanzas maneja Julio Grondona vende un producto que es la fuente de su inamovible poder. Desde 203 naciones diferentes se pidieron 6.164.682 boletos, por lo cual la demanda superó con holgura a la oferta.

Se veía venir. En las primeras 24 horas para adquirir entradas desde el 20 de agosto pasado, más de 400.000 interesados habían solicitado una cantidad que ya superaba las 2.300.000. La primera fase de preventa cuyo plazo venció el jueves pasado, quedará cerrada antes del 4 de noviembre cuando la FIFA les comunicará por mail o SMS el resultado de un sorteo a las personas que reservaron entradas y que completaron todos los requisitos por Internet. En el caso de ser favorecidas, automáticamente se les descontará de sus respectivas cuentas bancarias –para ello debieron pasarle a la FIFA los datos de sus tarjetas de crédito o débito– los importes de las localidades que pidieron. Quienes queden al margen, tendrán otra oportunidad.

De los 6.164.682 pedidos de tickets que registró la organización del Mundial, la mayor cantidad salieron desde Brasil: 4.368.029. O sea, un 70,86 por ciento. El restante 29,14 por ciento se lo repartieron entre los demás países.

Lejos, muy lejos, Estados Unidos se ubicó segundo en el orden de demanda con 374.065. En este caso podría presumirse que la selección yanqui ya clasificada no es el principal atractivo para su ciudadano promedio, y sí las playas brasileñas del norte (la Copa se jugará en invierno, pero tiene sedes en Fortaleza, Natal, Recife y Bahía) y la garantizada hospitalidad y alegría que suelen demostrar los anfitriones.

Argentina se ubicó tercera con 266.937 peticiones de entradas, superando a otros vecinos sudamericanos y hasta a potencias económicas europeas donde el fútbol es también una pasión. Detrás la siguieron Alemania (134.899), Chile (102.288), Inglaterra (96.780), Australia (88.082), Japón (69.806), Colombia (55.379) y Canadá (49.968).

Son curiosos los casos de chilenos y canadienses, aunque por distintas razones. La selección trasandina todavía no se clasificó para el Mundial, aunque tiene chances considerables de hacerlo cuando reciba a Ecuador en la última fecha de las Eliminatorias. Con un empate se asegurará un lugar en Brasil. En cambio, los canadienses ya quedaron eliminados hace rato –ni siquiera llegaron al hexagonal final de la Concacaf– y, como en el caso de los estadounidenses, parecen ajenas al fútbol las razones de su interés en la Copa del Mundo.

Así como podían solicitarse entradas para ver a determinado seleccionado en la fase de grupos, octavos, cuartos de final, semifinal y final, también podían comprarse por partido. El más demandado fue el que cerrará el torneo el 13 de julio del año próximo (751.165 boletos para el estadio Maracaná, que es el mayor de Brasil, donde caben 73.531 espectadores). Le siguió el encuentro inaugural que se disputará en San Pablo con 726.067 reservas.

La FIFA explicó en un comunicado cómo hará para saldar semejante diferencia entre la cantidad de interesados que hicieron su pedido virtual en las páginas de la federación con los asientos disponibles para cada estadio: “Dado que la demanda supera con creces la oferta, la FIFA realizará una selección electrónica por sorteo ante notario para los distintos partidos. Durante la primera fase de esta selección por sorteo, todas las peticiones recibidas de solicitantes con acceso prioritario –tal y como se define en la Ley General de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014–, es decir, ancianos, estudiantes y miembros de la Bolsa Familia, entrarán en el sorteo de más de 300.000 entradas reservadas de cuarta categoría. En las posteriores fases del sorteo se asignará el resto de entradas de cuarta categoría y de todas las demás categorías”.

La organización del Mundial no dio puntada sin hilo. También les informó a quienes pidieron entradas que “deberán contar con los fondos suficientes para poder hacer frente al cargo en cuenta de las entradas adquiridas, ya que el importe correspondiente se les descontará inmediatamente después de serles asignadas las entradas solicitadas. De conformidad con los términos y condiciones del contrato de venta de entradas, si no se pudiera realizar la transacción, la petición quedaría automáticamente cancelada y se reasignarían las entradas”.

Desde el 5 al 28 de noviembre se pondrán a la venta más tickets en la página www.fifa.com. A diferencia de la primera etapa de reservas en que no se tomará en cuenta para el sorteo la fecha de las mismas, las localidades se distribuirán por estricto orden de llegada.

Argentina ya se garantizó el tercer puesto en la tabla del consumo mundialista. Las aspiraciones deportivas están muy por encima de ese lugar en el podio. La Selección nacional ganó su último título mundial en México ’86. En 2014 se cumplirán veintisiete años de aquel éxito donde Maradona fue la figura excluyente. ¿Traerá Messi esta Copa bajo el brazo? ¿Será posible un nuevo maracanazo? A partir de que ruede la pelota se sabrá.

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