Las lesiones siguen complicando a Carlos Bianchi. Por eso, el entrenador de Boca no puede armar el equipo que pretende y ayer hizo dos pruebas inéditas desde que asumió su cargo: en la práctica desarrollada en Casa Amarilla, el técnico incluyó a Matías Caruzzo y Maximiliano Padilla en los laterales de la defensa, en lugar de Cristian Erbes y Nahuel Zárate, aunque esperará la evolución de los marcadores titulares hasta el sábado, de cara al partido ante Godoy Cruz, a jugarse el domingo por la noche.

El entrenamiento fue a puertas cerradas y el equipo de Bianchi formó con Agustín Orion; Caru-zzo, Daniel Díaz, Claudio Pérez, Padilla; Méndez, Pablo Ledesma, Sánchez Miño; Juan Riquelme; Martínez, Emmanuel Gigliotti. Este equipo igualó 0-0 en un partido de apenas 35 minutos contra uno integrado por suplentes que formaron con Sebastián D’Angelo; Alan Aguirre, Dino Castagno, Guillermo Burdisso, Jonathan Castillo; Gonzalo Escalante, Federico Bravo, Franco Cangele; Leandro Paredes; Joel Acosta, Nicolás Blandi.

La práctica evidenció que una vez más Bianchi tiene problemas para formar la defensa, que es la zona del campo donde tuvo más lesionados, aunque en los últimos cinco partidos sólo le convirtieron un gol, a pesar de los cambios constantes en ese sector. Erbes y Zárate –quienes jugaron el domingo pasado ante Central, pero que sólo hicieron gimnasio y kinesiología durante la semana– ayer ingresaron a la cancha principal, donde corrieron junto con Fernando Gago y Ribair Rodríguez, que ya están descartados para viajar a Mendoza. El volante de la Selección Argentina y Erbes realizaron después ejercicios con pelota y también hicieron piques cortos y largos con intensidad, bajo la supervisión del kinesiólogo Leandro Betchakian.

Erbes, quien viene de un desgarro en el aductor derecho y en forma rápida y sorpresiva pudo jugar contra River con sólo diez días de recuperación, jugó también contra Central. Ahora, a pesar de no haber información del cuerpo médico, sintió molestias en la misma zona, pero igualmente Bianchi esperaría para tomar una decisión. Por el lado de Zárate, que jugó infiltrado los dos últimos encuentros, hace casi dos semanas que no se entrena con normalidad.