DEPORTES › LA PATRIA TRANSPIRADA
(24 pulgadas, en reposo)
› Por Juan Sasturain
Alemania le hizo cuatro a Portugal. Y en el segundo tiempo, ya con tres adentro y uno menos por expulsión del impresentable Pepe, lo perdonó, le hizo precio. Lo convirtió –por prepotencia de orden colectivo y capacidad individual– en un equipo chico y en apariencia desorganizado. Porque le ganó en todos los terrenos: lo táctico y lo estratégico, individual y colectivamente. Y además de bailarte, no te sobran: son/fueron medidos en el festejo ante un Portugal jibarizado.
No sé si les hace acordar a algo que nos pasó a nosotros, con el Diego al mando y cuatro centrales en el fondo, hace cuatro años. A mí, sí. La misma sensación, pero subrayada: están mejor todavía, con un grado de madurez y soltura en la realización que parece que jugar al fútbol fuera fácil. Y que no les podés ganar. Claro que no es cierto, ya que pueden palmar, como cualquiera. Pero parecen tenerla tan clara que consiguen hacerte experimentar esa sensación. Por ahora, y sólo por ahora, son los mejores: les hubiera puesto un 8 a ocho de los once, por lo menos. Y lo que les sobra: el banco –como el Deutsche Bank– da miedo. Y con razón. Ayer, la Merkel aplaudía tranqui desde el palco, como si estuviera en una fiesta escolar viendo a los sobrinos.
Después vi correr (no jugar al fútbol) a Nigeria e Irán. Qué manera de transpirar y de poner con nobleza y solidaria imprecisión. Se supone que por su mayor tradición futbolera e historia interesante, sobre todo en juveniles, los africanos son más. No lo demostraron, aunque asumieron el protagonismo. Decepcionante lo de los verdes. Ante un equipo que no los apuró en ataque, fueron y fueron a los pelotazos, siempre apuradísimos, tocando rápido, pero mal. Para que un partido sea aburrido no es necesario que la pelota circule lentamente. Basta con que la dividan todo el tiempo (¿qué es, si no, el común denominador del fútbol argentino actual?). Porque la oposición no es entre ajedrez y tenis. Y esto fue –si se quiere– ping pong jugado por luchadores de sumo. El peor partido del Mundial, cómodo.
Reflexión fácil, con ejemplos a mano: Alemania es la que nos volvería a pintar la cara hoy, si jugáramos como jugamos y ellos jugaran como jugaron. Irán y Nigeria son los rivales a los que deberíamos superar si jugáramos como se supone que podemos y ellos repiten lo de ayer. En este grupo de la vida y cómoda confección que nos ha tocado, la muerte sólo nos puede alcanzar en forma de suicidio. Ojito: ésa también la vi.
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