Desde Belo Horizonte

“Somos Argentina y no tenemos que fijarnos quién está enfrente.” La frase, contundente, decisiva, la pronunció ayer sin perturbarse el capitán de la Selección, Lionel Messi, una vez finalizados los trabajos regenerativos del plantel en Cidade do Galo, el bonito predio donde se concentra y se entrena la Selección, en el barrio Vespasiano de esta ciudad, y que ayer abrió sus puertas a la prensa. Lo hizo en medio de una conferencia en la que su presencia, junto con la del marcador lateral Marcos Rojo, sorprendió a los pocos periodistas que estaban presentes, debido a que la mayoría se encontraba regresando desde Río de Janeiro. Tranquilo, animado y, por momentos, de buen humor, Messi asumió su liderazgo de manera absoluta. A su modo, fue crítico con el planteo de Alejandro Sabella frente a los bosnios. “No somos un equipo que se tire tan atrás y le deje tantos espacios al rival”, marcó la cancha.

Como líder que es, Messi se mostró conciliador y buscó absorber las críticas hacia el equipo y el entrenador con una explicación pormenorizada sobre cómo vivió el partido dentro del campo de juego. “En la primera parte, a mí me costaba tener la pelota y por eso terminaba lejos del arco, no encontraba descarga y también perdí varias veces la pelota. No me salían las cosas y me sentía fastidioso”, comentó Messi, quien se mostró distendido.

Luego, sin dudarlo, aclaró que no fueron los jugadores quienes le pidieron en el entretiempo a Sabella que cambiara el esquema. “Nos estábamos parando muy atrás y él se dio cuenta de eso”, explicó. Y agregó que en lo hecho en la segunda parte, cuando Argentina volvió a pararse como está acostumbrada a jugar, ahí el equipo mejoró. “En la segunda parte pudimos jugar como nos gusta, pero tampoco fue de los mejores partidos”, manifestó. Como si quisiera evitar entrar en una polémica directa con el entrenador, Messi explicó diplomáticamente la situación: “Quizá tenía pensado ver qué pasaba en la primera parte y arriesgar en la segunda. Habría que preguntarle a él, que es el que toma las decisiones. Lo que pudo haber pasado, como nos ocurre a nosotros, es que no haya querido regalar nada. Tal vez pensó en arriesgar más en el segundo tiempo que en el primero”.

Todavía fue un poco más incisivo en la cuestión: “Jugamos mucho mejor en el segundo tiempo. Yo me siento más cómodo con más gente arriba para poder descargar y jugar. Igualmente esto no significa que en algún momento del partido, ya sea por el resultado o por el rival, cambiemos de sistema. Es bueno que tengamos variantes. Lo importante es que sepamos llevarlas a cabo. Pero debemos jugar con el 4-3-3”. En este sentido, el astro del Barcelona opinó que los ingresos de Higuaín y Gago en el segundo tiempo le permitieron a la Selección “mejorar en lo futbolístico”. “Con ellos me siento cómodo. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Nosotros, los delanteros, nos sentimos mejor con más gente en ataque. Es más fácil para salir de contraataque, para tener más posibilidades”, insistió.

Messi, que en un pasaje de la charla bromeó con Rojo por la pelota que sacó de rabona dentro del área, también se refirió a su golazo frente a los bosnios, con el que cortó una racha negativa y anotó su segundo gol en un Mundial, tras el que marcó en la goleada frente a Serbia y Montenegro en Alemania 2006. “Era importante para el equipo y para mí. No me estaban saliendo las cosas como quería. Festejé así porque sirvió para ampliar la ventaja y porque había pasado mucho tiempo desde mi último gol en un Mundial.” Por último, el capitán argentino mencionó unas palabras acerca de su liderazgo en el equipo de Sabella: “En todo este tiempo crecí tanto dentro como fuera de la cancha. Tengo afinidad con mis compañeros y soy amigo de varios”.

Messi no sólo habló ayer de la Argentina, sino que aprovechó el contacto con la prensa para comentar las actuaciones de otros equipos en el Mundial. “Los mejores fueron Holanda y Alemania, aunque no se pueden sacar conclusiones en tan poco tiempo. Nosotros vamos a mejorar en los próximos dos partidos. No es fácil el debut. Pero ganamos. Nos acercaremos al fútbol que queremos para clasificarnos a los octavos de final”, prometió. Y respecto de Irán y Nigeria, los próximos rivales, comentó: “Se cerrarán atrás y nos jugarán de contraataque. Pero está en nosotros superarlos”.