El héroe de la Selección Argentina en los penales contra Holanda, Sergio Romero, produjo el orgullo de Comodoro Rivadavia y de quienes lo formaron como arquero, como Jorge “Gato” Montesino, entrenador del arquero en sus comienzos en la CAI: “Yo saqué pecho, dije que era de Comodoro y que lo formamos nosotros”.

Montesino dijo haber sentido “una inmensa alegría por él, porque trabajó mucho para estar donde está”, y comentó sobre Romero: “A Chiquito siempre se lo vio con personalidad, con muchas condiciones y con el trabajo logró llevar una carrera importante dentro del fútbol de elite”.

El entrenador contó que Romero llegó a la CAI “a los diez años y estuvo en el club hasta los 14, lapso en el que lo pude entrenar y llevar a distintos torneos con la categoría 86, una superior a la suya”. “Ya mediría 1,70 metro, a los once o doce años”, remarcó el entrenador sobre el arquero de la Selección, quien desde chico no tuvo dudas de que su lugar en la cancha era entre los tres palos. “Uno se ubica en el lugar donde más cómodo se siente y Sergio, desde temprana edad, se puso en el arco; no recuerdo que haya querido cambiar de puesto porque él ya lo sentía así y hoy lo está demostrando”, valoró Montesino.

“Yo veía que a su hermano Diego, basquetbolista, le iba muy bien en Estados Unidos y le decía que se pase al básquetbol, que se iba a morir de hambre, pero él tenía claro que le gustaba el fútbol y atajar. A lo largo de su carrera, Sergio obtuvo logros importantes en los equipos en los que le tocó atajar”, marcó además Montesino y observó que “con el trabajo y las condiciones naturales que fue perfeccionando, hoy tiene la posibilidad de ser un referente y arquero de la Selección, y el domingo lo vamos a ver en la final”.