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› NALBANDIAN LO TUVO MATCH POINT A RODDICK
La final quedó a un puntito
La final del Abierto de Estados Unidos la jugarán Roddick y Ferrero. Nalbandian cayó por 3 a 2 y se quedó con las ganas.
Una pelota. Apenas un punto separó a David Nalbandian de la final del Abierto de Estados Unidos. El cordobés dispuso de un match point en el tercer set, pero no pudo aprovecharlo y permitió que el local Andy Roddick se recuperara y lo venciera por 6-7, 3-6, 7-6, 6-1, 6-3 tras tres horas y media de intensa lucha. Algunas decisiones polémicas de los jueces de línea en tantos claves, todas favorables al estadounidense, también conspiraron para que Nalbandian no accediera a la segunda final de un Grand Slam en su carrera profesional. El rival de Roddick será el español Juan Carlos Ferrero, que derrotó 6-4, 6-3, 3-6, 6-4 a Andre Agassi.
Nalbandian jugó un partido casi perfecto y estuvo muy cerca de sacarse de encima a Roddick, la gran figura del tenis estadounidense actual y el principal favorito a quedarse con el título. Sin embargo, no pudo resolver el compromiso en el tercer set y luego ya no tuvo chances ante el ídolo local. En el tie break dispuso de una bola de partido, pero su rival zafó de la situación con un ace a 227 kilómetros por hora y cambió el panorama del juego. “Es legal, no le puedo pedir que saque más despacio”, bromeó Nalbandian sobre los 38 servicios ganadores que metió su adversario a lo largo del partido.
Otra circunstancia que perjudicó al argentino fue la actuación de los jueces de líneas. “Cada vez que la pelota era dudosa, la cantaban a su favor”, se quejó Nalbandian. Para colmo, con el set point en contra en el tie break, un espectador le gritó malo un tiro a la línea, lo que provocó que el resto del público festejara el supuesto punto de Roddick. Eso desconcentró al cordobés, que estrelló un revés muy sencillo a la red y entregó el parcial. Más allá de la protesta, no hubo vuelta atrás.
Dilapidada esa oportunidad, Nalbandian ya no tuvo recuperación. El impacto lo sufrió en el arranque del cuarto set, situación que aprovechó Roddick para quebrarle muy rápido el saque en dos ocasiones. Con esa desventaja, el argentino reguló el esfuerzo para el último y decisivo set. Claro que eso terminó de meter a Roddick en el partido, que ya no se mantenía únicamente en base a su poderoso servicio.
El último set fue muy parejo hasta el séptimo game. Hasta allí, los dos mantuvieron su servicio con autoridad. Sin embargo, el argentino comenzó a sentir el desgaste y a sufrir dolores en su muñeca, que le impedían sacar y pegar el revés con naturalidad. “Con dos golpes menos es muy difícil ganar”, explicó el cordobés. Por eso, Roddick se benefició con ese bajón para quebrarle el saque y prácticamente sentenciar el juego. Así, las ilusiones de Nalbandian de acceder a la final del US Open sucumbieron ante un estadounidense, tal como le había sucedido a Guillermo Vilas en 1982 ante Jimmy Connors.