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› DE VUELTA A LOS CHICAGO BULLS
Pippen, el salvador
Con el regreso del veterano Scottie Pippen a sus filas, los Chicago Bulls confían en haber encontrado el líder que los devuelva a los planos estelares de la década del 90, o al menos que el lugarteniente de Michael Jordan los conduzca de nuevo a unos play-offs. Sin embargo, el arranque no pagó la confianza: el equipo perdió por 25 puntos, 99-74, ante los Washington Wizards, el ex equipo de Jordan.
La contratación de Pippen fue uno de los pasos más importantes tomados por la gerencia de los Bulls en la pretemporada, esperando que el destacado jugador se convierta en líder natural de un talentoso grupo de jóvenes llenos de ambición para la campaña 2003-2004. Los Bulls no avanzan a los play-offs desde 1998, cuando ganaron su sexto y último campeonato con Pippen y Jordan al frente del equipo.
Desde la salida de sus astros, poco después del último título, el equipo ha estado de capa caída y cosechan un record de 96 victorias y 282 derrotas, el peor de un equipo en la historia de la NBA para un quinquenio.
Un paso previo a la llegada de Pippen fue el despido de su enemigo jurado, el gerente general Jerry Krause, quien se pasó los cinco años tratando de que los fanáticos olvidaran los viejos tiempos y experimentando con jugadores de todo tipo.
John Paxson sustituyó a Krause y de inmediato llenó de sangre nueva a los Bulls, con los prometedores Eddy Curry, Tyson Chandler y el base Jamal Crawford, todos de 23 años o menos. A ellos se une el inestable Jalen Rose, un hombre que un día juega como un demonio y al siguiente como un novato. Rose fue el máximo goleador ante los Wizards.
“Con Pippen hemos encontrado al líder natural que le dará equilibrio al equipo y nos ayudará a llegar a los play-offs”, manifestó Paxson. De su lado, Pippen, que en toda su carrera no ha dejado de avanzar a los playoffs, expresó sus deseos de “ver a estos muchachos desarrollarse y ser mejores, de modo que un día pueda sentarme en el banco y dejarle toda la responsabilidad”.
Con un ingreso seguro en el Salón de la Fama por sus seis títulos de la NBA –el jugador en activo que más anillos posee–, Pippen debe, no obstante, justificar su salario en Chicago. Paxson lo contrató por dos años y 10 millones de dólares pese a los 38 años que cumplirá en medio de la temporada y los 38 partidos que se perdió las últimas dos campañas con Portland, debido a recurrentes lesiones en sus rodillas.
“Sé que ya no soy el mismo jugador que cuando me fui de Chicago, pero espero no defraudar a Pax (Paxson) y al técnico Bill (Cartwright)”, expresó Pippen. El veterano ya no puede estar los 48 minutos sobre la cancha. “A esta altura de mi carrera sólo quiero aportar mi experiencia, y alguna ayuda cuando (el equipo) la necesite”, indicó Pippen, quien se espera juegue como alero y en ocasiones como base, posición en la que se estabilizó en Portland.