DEPORTES › DIALOGO CON EL EMPRESARIO DE MEDIOS CARLOS AVILA
Dijo que él llevó a Alejandro Burzaco del CEI de Raúl Moneta a Torneos y Competencias. Critica al Grupo Clarín y habla del Fútbol para Todos. Su deseo de volver con el próximo gobierno.
› Por Gustavo Veiga
Carlos Avila fue el zar del fútbol televisado hasta 2006, ese poder mediático concentrado que hoy, con otros nombres, sigue cuestionado. El empresario contrató al detenido Alejandro Burzaco en Torneos y Competencias cuando se disolvió el CEI de Raúl Moneta. Compartió negocios con Julio Grondona, al que ahora defenestra. De Clarín –su ex socio– dice que es uno de los grandes problemas del país. También critica al Fútbol para Todos y recuerda que las coimas para apropiarse de los derechos de TV comenzaron con la desaparecida cadena PSN de Estados Unidos. En una larga entrevista de Página/12, no dejó tema sin tocar. Alejado del mundo de los medios, pretende volver al escenario donde fue amo y señor después de las elecciones presidenciales.
–El escándalo de la FIFA ingresará al museo de la mafia en Las Vegas. ¿Qué piensa sobre lo que pasó un hombre de medios que estuvo vinculado tantos años con el poder del fútbol y con sus dirigentes, que, en algunos casos, están presos por recibir coimas de empresarios?
–Para mí fue una gran sorpresa que esto saltara como saltó, que tuviera la repercusión que tuvo a nivel internacional. A nivel local quiero recordar que hace tres años, aproximadamente, denuncié al señor Julio Grondona por actos de corrupción con una cámara oculta que yo le hice y en la que Eduardo Deluca contaba lo que ya había ocurrido con el Mundial de Rusia y Qatar. Incluso había un empleado calificado de la administración de Torneos y Competencias que hablaba también de cómo manejaba los dineros Grondona. Además, denuncié sus cuentas en Suiza y eso está todo en la Justicia, pero no prosperó. Quizá fueron los peores últimos diez años de su conducción y le hizo un daño tremendo al fútbol argentino. Hoy, a un año de su muerte, vemos cómo los clubes están quebrados, en un estado denigrante.
–Hay empresarios detenidos, como Alejandro Burzaco, ex CEO de la que fue su empresa, Torneos y Competencias. Usted trabajó con él. ¿Qué piensa de su situación?
–Yo conozco a Burzaco porque lo llevé del CEI a Torneos cuando trabajaba con el Gato Handley y Moneta. Y cuando el CEI desapareció, lo puse a trabajar con nosotros. Nunca creí que terminaría así, nunca. Para mí era impensado. En el CEI fue un director, pero los importantes eran Moneta y Handley. Cuando yo me retiré de Torneos, en 2006, Burzaco se quedó con Nofal, y luego Nofal murió y creció dentro de la empresa hasta llegar al cargo más alto. Y así hizo esa gran sociedad con Julio Grondona.
–¿Se siente decepcionado por Burzaco?
–No, porque para mí era un empleado más. No era un par mío.
–¿Sabía usted que además de la causa de las coimas en EE.UU., aquí tiene otra por presunta evasión, lavado de dinero y asociación ilícita fiscal igual que los Jinkis?
–Yo creo que fue un problema entre la banda del cartel de Sinaloa y el cartel de Juárez, más o menos (sonríe). Fue una mejicaneada entre todos ellos.
–Con tantos años en el negocio, no puede decir que no conocía ese tipo de operaciones. ¿Usted compraba derechos también?
–Sí, pero yo compraba en la Argentina nada más. E internacionalmente yo trabajé mucho con la gente de IMG y compraba derechos de golf, pero nunca hubiera podido pagar esas cifras. Yo les vendía. Yo les llegué a vender algún derecho, pero para mí era imposible competir.
–¿Qué sabe hoy de Torneos, su ex empresa, lo que está sucediendo puertas adentro después del escándalo?
–Por empezar, a Burzaco lo echaron, pero no sé más.
–Y de los Jinkis, ¿qué nos puede decir?
–Que los conozco desde hace muchos años. A Hugo, sobre todo. El era un outsider de este negocio que después se empezó a meter con los derechos del fútbol que uno no se metía, como los de Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela. Cada uno de los dirigentes de esas federaciones pasaba a ser empleado de ellos. Y hoy están presos.
–Después que usted se fue de TyC, ¿cómo siguió la relación con Burzaco?
–Nunca más lo vi. Lo he cruzado alguna vez: hola qué tal, cómo te va y nada más. Cuando me presenté en las elecciones de River que ganó Passarella, él sabía que yo también quería llegar a la presidencia y me citó varias veces. Todavía vivía Nofal y me pidió que bajara mi candidatura, que no me presentara.
–El agente de partidos Guillermo Tofoni declaró en una entrevista para este diario que Burzaco es un hombre avaro, que tiene un afán de poder desmedido.
–A Tofoni le sacó el negocio de la Selección. A él le interesaba mucho el poder y el fútbol le daba mucho poder, tenía mucho peso por él.
–Hoy bajo arresto domiciliario en Estados Unidos, si hablara, ¿a quién cree que perjudicaría más: a su ex socio, el Grupo Clarín, o al Gobierno, como se publica desde el multimedios?
–A Clarín no creo. ¿Al Gobierno? ¿Por qué? El Gobierno compró un derecho, le hizo un cheque a la AFA y la AFA distribuye el dinero como prefiere. Es un problema entre privados. Entre los clubes y quien administra, la AFA. O sea, no es que la AFA le dio un cheque a Aníbal Fernández, es imposible eso, no existe. Una cometa ahí no hay. Que usted me diga que hay una cometa en la producción. Eso es tan difícil. En lugar de 18 cámaras, 24, es muy complicado de mensurar. O sea, ahí no veo un problema con el gobierno nacional.
–Usted sostiene que la corrupción empezó con PSN, la desaparecida cadena del Fondo Hicks. En esa época era dueño de TyC. Insisto: ¿Nunca escuchó hablar de que había coimas?
–Ellos empezaron a pagarle a la Conmebol. Un tal Muller le vendió la idea a la gente de Hicks para hacer algo internacional y competir con ESPN. La idea era muy buena, entonces compraron un satélite para cubrir toda Latinoamérica. Metieron Fórmula Uno, fútbol pero no argentino, necesitaban la Libertadores, el fútbol de la Concacaf y como estaban en manos de otra gente, fueron a la CSF, lo agarraron a Leoz, y empezaron a repartir guita por todos lados. Se empezó a corromper y a institucionalizar la coima. Fue PSN. Hablamos de Hicks y después él se fundió porque le fallaron los fondos de inversión en EEUU. Era el dueño de Cablevisión.
–¿Los fondos eran buitres?
–No eran fondos buitre. Pero cuando comenzaron a caérsele los fondos, lo primero que hizo fue vender Cablevisión porque empezaron a tener problemas acá. Lo compró Clarín y ellos desaparecieron, se fueron y empezaron sus problemas en EE.UU.: PSN quebró y dejó un desastre de mil millones de dólares, creo. Y ahí quedaron los derechos liberados y Torneos los tomó cuando PSN dejó de pagar. Y Torneos se los vendió a Fox.
–Del proceso con que nació Fútbol para Todos en 2009 hasta hoy, ¿qué conclusiones saca?
–Creo que con Fútbol para Todos el más beneficiado es el Grupo Clarín, ésa es la verdad. Porque ellos pagaban en el momento que les rescindieron 50 millones y dejaron de hacerlo por las transmisiones del fútbol. Sin embargo, siguieron cobrando el abono como si hubieran tenido el fútbol. Es decir, no bajaron los abonos y el que empezó a pagar los derechos del fútbol fue el gobierno nacional. O sea, el negocio lo hizo Clarín.
–También podría argumentarse que Clarín se descapitalizó por un producto que perdió y por el cual ingresaba a otros negocios, se posicionaba...
–No, no, no. El Grupo ya había hecho su negocio. Cuando el Gobierno le aprobó la fusión de Multicanal y Cablevisión y con el fútbol ya habían crecido con el sistema de cable. Desde ese momento, es un grupo monopólico muy grande. Por el costo del abonado que tiene la empresa, si mañana quisieran venderla, sacarían un beneficio altísimo.
–¿Y por qué se asoció usted con Clarín?
–En los ’90 yo le llevé la idea a la AFA para transmitir un partido de la Capital al interior vía satélite y necesitaba en ese momento dos millones de dólares con los que no contaba. Era por el canon y otras cosas. Busqué socios y un montón de gente no vio el proyecto que era a largo plazo. Clarín se enteró, me llamó y me preguntó de qué se trataba. Fue Lucio Pagliaro el que me habló y ellos me prestaron los 2 millones de dólares a cambio de que fuéramos socios al 50 por ciento. A los tres meses les devolví el dinero y ellos tomaron la comercialización. Iban a una provincia y donde existía un canal de cable le vendían el producto fútbol. Al cable A se lo daban, al cable B no y se fundía, iban y lo compraban. Y así fueron creciendo.
–¿A qué se dedica hoy?
–En este momento a nada. Estoy esperando al año que viene. ¿Qué me puede seducir? Algo que esté en el mundo de las comunicaciones. Pero todo está muy concentrado.
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