Dom 05.06.2016

DEPORTES  › UN ESTATUTO CON MAS DE CIEN ARTICULOS CASI CALCADOS

Copian y pegan el proyecto del fútbol español

En la Super Liga que impulsan los clubes más grandes, el presidente de la AFA no tendrá voz ni voto. ¿Será la puerta de entrada para las sociedades anónimas deportivas que ya planteaba Mauricio Macri en 1999?

› Por Gustavo Veiga

Los promotores de la Super Liga en el fútbol argentino copiaron y pegaron sobre el papel la organización que rige en España desde 1990. El estatuto que impulsan los clubes grandes tiene 63 páginas que son un remedo de las 66 que contienen los llamados estatutos sociales de la Liga Nacional de Fútbol Profesional, aprobados el 17 de mayo de 2012 en Madrid. Muchos de los 121 artículos del modelo español se transcribieron de manera literal y otros se modificaron para adecuarlos a la realidad local. En el texto trabajan dos abogados con tanta premura que quedó en evidencia el copy paste con que se pretende llevar adelante el proyecto. Otro abogado pero contrario a esta iniciativa, el vicepresidente de Atlanta, Alejandro Korz, le dijo a Página/12 que “esta es la puerta de entrada para las sociedades anónimas deportivas en el país. Cinco siglos después nos vienen a vender los espejitos de colores otra vez”.

Si se lee el artículo 1° del capítulo uno de los estatutos españoles dice: “La Liga Nacional de Fútbol Profesional, (en adelante Liga), es una Asociación Deportiva de derecho privado, que a tenor de lo establecido en los artículos 12 y 41 de la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte, está integrada exclusiva y obligatoriamente por todas las Sociedades Anónimas Deportivas y Clubes que participan en competiciones oficiales de fútbol de ámbito estatal y carácter profesional, y a la que corresponde legalmente la organización de dichas competiciones, en coordinación con la Real Federación Española de Fútbol”.

El proyecto que pretende imitar aquí la norma europea transcribe aquel artículo 1°. Solo modifica ítems obvios. La palabra Liga es reemplazada por Superliga; en lugar de la ley española se cita a nuestro Código Civil y Comercial y los clubes son mencionados antes que las sociedades anónimas deportivas o SAD (como se las conoce allá) bajo la aclaración “en caso de corresponder”. Está escrito así porque en la Argentina no existen las SA en el fútbol. No son contempladas en el estatuto de la AFA, que solo permite los gerenciamientos.

El actual presidente de la Nación, Mauricio Macri, intentó promoverlas cuando gobernaba Boca. Todavía se recuerda el 20 de julio de 1999, en el predio de Ezeiza, cuando perdió por paliza una discusión con los demás dirigentes. Les propuso cambios de fondo a los estatutos y la creación de las sociedades anónimas. Y como ahora en que Daniel Angelici acobardó a sus colegas con la posibilidad de que fueran detenidos por los malos manejos de la AFA, su mentor había hecho lo mismo hace casi 17 años.

“Aquel dirigente que sea procesado no puede ejercer su cargo”, les señaló Macri aquella vez. Si se hubiera aprobado su moción, tendría que haber abandonado la presidencia de Boca tiempo después. El 19 de febrero de 2001, el juez del fuero Penal Económico Carlos Liporace lo procesó en la causa 4020 por averiguación de contrabando y lo embargó en 4.900.000 pesos. Ese mismo año, en la causa 46.267/01 estuvo procesado poco tiempo por la compra de sistemas de seguridad para estadios. Demasiados directivos no podrían estar hoy al frente de un club o de la AFA si hubiera impuesto su idea. Sin embargo, el ingeniero llegó a la presidencia de la Nación en esas condiciones por la causa de las escuchas.

En el artículo 3° inciso C de los estatutos de la Liga española que menciona sus funciones y competencias, se habla de “organizar en coordinación con la Real Federación Española de Fútbol y de acuerdo con los criterios que, en garantía exclusiva de los compromisos nacionales o internacionales pueda establecer el Consejo Superior de Deportes, las competiciones oficiales de fútbol de carácter profesional y ámbito estatal”. El proyecto de Angelici, Rodolfo D’Onofrio y compañía es igual, salvo cuando dice que la AFA ocupará el lugar de la Real Federación, la Secretaría de Deporte el del Consejo Superior de Deportes español y que organizará los partidos del torneo de Primera División y la B Nacional.

Como si las realidades de los dos países fueran comparables en cuanto a la violencia en el fútbol, el modelo de la Super Liga copia un inciso que habla de “establecer las condiciones y el ritmo de adquisición, ejecución y financiación de los equipos, obras e instalaciones que tengan que realizarse, así como las respectivas condiciones de mantenimiento y conservación a la finalización de aquéllas”. Apenitas se le dedica un párrafo a este tema crucial y una sola mención a la Ley 23.184 contra la violencia en el juego-negocio.

En el inciso que trata sobre los objetos sujetos a comercialización hay una nueva transcripción de la norma española, sin disimulos. Por ejemplo: los distintivos corporativos de marca, logotipos, anagramas, mascota oficial y otros.

El artículo 7° del embrión de estatuto que se está haciendo para el fútbol argentino habla de la ejecutividad de los acuerdos de la Super Liga. Es copia textual de la norma que se aprobó en Madrid. Lo mismo sucede con la descripción de la asamblea (“es el máximo órgano de gobierno de la Liga y de expresión de la voluntad de los asociados”) y quienes la componen. En el proyecto autóctono son el presidente de la Super Liga y los que conducen los clubes de Primera A y la B Nacional. En los estatutos vigentes en España se menciona al presidente y un representante por cada sociedad anónima o sociedad civil. Bajo esta última figura jurídica se ubican Real Madrid y Barcelona, por ejemplo. Los dos clubes que más ingresos reciben. En la temporada 2014/2015, la Liga recaudó por derechos de televisión 785.618.309,36 euros si se incluye a ambos. Si se tomara únicamente a los demás, la suma habría sido sensiblemente menor: 459.822.309,36. Las cifras fueron divulgadas por el Consejo Superior de Deportes español en su página oficial.

Una curiosidad que repite de España el proyecto de las instituciones más grandes en la Argentina es que una vez creada la Super Liga, el presidente de la AFA “tendrá derecho a voz y no a voto”. O sea, si se firmara la paz y Marcelo Tinelli gobernara la entidad por crearse y Hugo Moyano ocupara el sillón que calentó Julio Grondona durante 35 años –como se especuló hasta hace un par de semanas–, el dirigente camionero sería una figura decorativa en la asamblea de los más poderosos.

Cuando vino a disertar el 16 de mayo a Buenos Aires el presidente de la Liga española, el ultraderechista Javier Tebas –con la venia de Tinelli y Angelici–, no se trataba de una visita de cortesía. Se trataba de bajar línea con una idea, la de las sociedades anónimas deportivas, que nació en España en 1990. En esa década, Macri intentó traer la fórmula a la Argentina. Fracasó. Pero ahora con la Super Liga que les abona el camino a las SA, la cosecha puede ser bien distinta.

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La similitud entre los fascímiles de los estatutos españoles y el de Argentina de la Super Liga es mucha.

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