Panamá dejó de lado el traje de Cenicienta del Grupo D de la Copa América y en su debut derrotó a Bolivia por 2-1, en un partido que estuvo cerca de suspenderse por el temporal de viento y lluvia que azotó a Orlando, pero que finalmente se disputó aunque las precipitaciones siguieron siendo intensas.

Sorprendió gratamente el arranque de Panamá, con presión por parte de los dos delanteros sobre la salida de Bolivia, juego veloz por ambas bandas e intento constante de ofensiva ante un planteo demasiado cauteloso de los sudamericanos.

Luego de una llegada de Cooper, el ex Godoy Cruz de Mendoza, que remató por arriba a los 8 minutos, no tardó en encontrar su premio en la red el equipo dirigido por el colombiano Hernán “Bolillo” Gómez. Fue a los 10 minutos. Alberto Quintero envió un centro desde la izquierda y Pérez, con una volea de derecha desde el centro del área grande, conquistó el primer tanto.

En desventaja, Bolivia se adelantó algunos metros, pero salvo un desvío del arquero Penedo tras un disparo de Duk, a los 16 minutos, no inquietó en la primera parte a los panameños, que siguieron mostrándose prolijos y rápidos con la pelota en los pies, con un juego vertical, explotando los espacios.

Luego del descanso, con una lluvia torrencial, Panamá cometió su primer error grave y lo pagó en su arco: el zaguero Cummings, luego de un centro desde la derecha, quiso rechazar la pelota, que le pegó en su cuerpo y cayó servida en bandeja para Arce, que con un remate alto logró el inmerecido empate.

Volvió a la carga Panamá, acorraló al conjunto de Baldivieso y empezó a acumular chances claras, pero fallaba en la definición. Por esa falencia, el empate parecía inamovible, pero a los 42 minutos del compelemento, Arroyo metió un centro que otra vez encontró en inmejorable ubicación a Pérez, la figura de la cancha, que marcó el segundo y decretó el triunfo del seleccionado centroamericano.

El viernes, Panamá jugará con Argentina y se verá si su sueño puede prolongarse más allá del exitoso debut.