DEPORTES › GABRIEL MARIOTTO DEFIENDE EL PROGRAMA QUE CREO DURANTE EL GOBIERNO DE CRISTINA KIRCHNER
El ex coordinador del programa que les permitió a los hinchas ver a sus equipos a través de la televisión abierta habló de todo: cómo sigue la lucha para que el gobierno de Macri no lo suprima, su procesamiento, la ley de medios, la AFA y el Grupo Clarín.
› Por Gustavo Veiga
Gabriel Mariotto tiene dos marcas de identidad. El peronismo y Banfield son como sus huellas digitales. El movimiento y su ideario guían sus pasos en la política y el club es una pasión que profesa desde pibe. Con el ex vicegobernador bonaerense podría hablarse de la provincia donde vive –es de Lomas de Zamora–, de su militancia –es el presidente del partido Miles– o de Latinoamérica porque ocupa una banca en el Parlasur. Pero esta vez no son los temas de la entrevista. El Fútbol para Todos (su creación y la razón de su procesamiento), la Ley de Medios, el mercado del cable, la AFA, los dirigentes y la convicción para defender un derecho adquirido como la gratuidad de los partidos por TV abierta, se devoraron una conversación de casi 50 minutos. Con el antiguo bar Dorrego de San Telmo como fondo y su hijo Matías como testigo.
–Usted esgrime a menudo un dato poco conocido y es el porcentaje que le insume al Estado el presupuesto del Fútbol para Todos. ¿Cuánto representa?
–El presupuesto de la Nación es 180 mil billones de pesos y en ese programa se invierten 1.800 millones. O sea que es el 0,01 por ciento del total. Pero le asignan todos los males del funcionamiento del Estado. Si falta gas en un hospital la culpa es del Fútbol para Todos. Si falta un tomógrafo también. Si falta un vidrio en una escuela igual. Y nadie se fija en el 99,99 por ciento del presupuesto. Nadie y por supuesto tampoco nosotros, los impulsores de este hecho, revisamos lo que invierte el Estado en el Teatro Colón para 2.300 butacas. Es más, siempre entendemos que hace falta más presupuesto para esa cultura de élite. Pero como este es un gran negocio, los intereses que tienen su correlación mediática hacen hincapié en que el estado debe retirarse del fútbol.
–El gobierno nacional anunció que se va a deshacer del FPT pese a que era una promesa electoral del Presidente Mauricio Macri. ¿Qué piensa de esta decisión?
–Las políticas neoliberales si dicen todo lo que van a hacer generan mucha antipatía. Ya tuvimos un gobierno en los 90 donde el ex presidente Carlos Menem declaró: si yo hubiera dicho todo lo que iba a hacer no me hubiera votado nadie. La sociedad en ese momento mantuvo silencio. Pero cuando se ejercen los derechos como se ejercieron en estos últimos doce años, este tipo de trapisondas tienen una condena social muy grande. Quiero agregar que el gobierno actual contó con la complicidad brutal de los dirigentes de la AFA que recibieron un borrador del Poder Ejecutivo y después lo firmaron como propio, solicitándole al Estado que rompiera el contrato del Fútbol para Todos que los unía.
–¿Cree que ése fue un duro golpe y hará muy difícil evitar la cancelación del FPT?
–Sabemos que fue un borrador escrito en el gobierno y asumido por los dirigentes que tienen una convicción muy débil. Si se quiere volver al negocio con quita de derechos y al cable para ver las tribunas con esa grosería que nos pasaban por TV, creo que si nos organizamos y la sociedad se pone firme, no van a poder llegar a cometer el exabrupto de quitarnos el fútbol. Hay que generar las condiciones de movilización, la presentación de una ley, hacer virales distintas expresiones de reclamo como videos, audios y textos por las redes. Además, si lograran el cometido, habrá que presentar las medidas cautelares que hagan falta en todo el territorio del país. El Fútbol para Todos es un derecho.
–Pero hay una construcción de sentido que lo transforma en algo prescindible cuando se lo compara con aquello que hace falta en salud, educación y otras áreas.
–Sí, pero yo creo que se ha revertido en el ejercicio de ese mismo derecho. El día que lo quiten y que queden millones de argentinos otra vez con la ñata contra el vidrio en una vidriera de Frávega o Garbarino, o en un bar o estación de servicio, ese día, la crítica infame que recibe se volverá en contra de quienes la profesan. No todo el mundo va al museo de arte moderno o sale a navegar en velero por el Río de la Plata o el Paraná los fines de semana, ni todo el mundo tiene la posibilidad de ir a las canchas aun viviendo en el conurbano bonaerense. Ni hablar de los que están más lejos.
–Usted está en un espacio donde se defiende al FPT. ¿Quiénes lo integran y qué hacen?
–Es la comisión de defensa del Fútbol para Todos. Un grupo donde hay periodistas, hombres y mujeres de la cultura, y muchos ciudadanos de a pie que saben que la pretensión del gobierno de Macri en complicidad con los dirigentes de la AFA es una aberración. También se sumaron muchos gremios, universidades y entendemos que el reclamo llegará de aquí a diciembre. No se van a arriesgar los compradores a invertir en algo que no saben si podrán sostener. Primero por la bronca social que va a haber y segundo, porque este gobierno con las medidas antipopulares que está tomando no garantiza que ganará las elecciones de 2017. Entonces, quién va a hacer una inversión de 3.500 millones de pesos, entre comillas, poniéndolos en un barril sin fondo.
–¿Qué errores reconoce en la instrumentación del Fútbol para Todos durante el gobierno anterior?
–Todo puede tener mejoras y modificaciones. Se debe recuperar parte de la inversión. Creo que hay que profundizar el tema de los derechos internacionales y venderlos bien. Y no hacerlo alegremente. Hay mercados en el mundo que pueden pagar mucho más por el fútbol argentino. Todo es para discutir. El ingreso de la publicidad privada, por ejemplo. No para decir que debe quedar tal cual está. Hay que garantizar siempre que vayan por aire los partidos de Primera División y por lo menos cinco de la B Nacional.
–Usted fue vice de Banfield con Eduardo Spinosa como presidente. ¿Cuándo empezaron sus diferencias con él?
–Renuncié porque dijo que el fútbol televisado debería dejar de ser gratis. Lo leí en el diario La Nación en un reportaje que le hicieron. Nuestro club no resistiría una interna de dirigentes porque el perjudicado sería Banfield. El presidente me dijo: vos sos peronista e hincha y este gobierno persigue a los equipos peronistas. Entonces yo le planteé como argumento que nací peronista e hincha de Banfield. No puedo dejar de ser ninguna de las dos cosas. Lo que sí podía dejar de ser era vicepresidente en ese instante.
–¿Pero apoyaba a Tinelli que hizo campaña para la presidencia de la AFA en alianza con Spinosa?
–En esa dicotomía Segura-Tinelli, sí. Lo apoyé a Eduardo en su vinculación con Marcelo. En una reunión que mantuve con Tinelli le pregunté por el Fútbol para Todos y me dijo que tenía que seguir siendo gratis.
–Tinelli representa de algún modo a las sociedades anónimas deportivas, hizo negocios con Macri en el club Badajoz, ha tenido idas y vueltas en torno al tema del fútbol.
–En las charlas que tuve con él en ningún momento se abordaron las posibilidades del gerenciamiento de los clubes y mucho menos el final del Fútbol para Todos gratuito. Todo lo contrario. A mí me parecía que era una posibilidad de renovación. Creo que con el cambio de gobierno, con la derrota del proyecto nacional y popular que encabezaba Scioli como continuidad de los doce años, algunos se confundieron, como Spinosa. Yo fui el impulsor del Fútbol para Todos y estaba dentro de mi horizonte de prioridades.
–Entre las críticas que se hacen al FPT una es que el gobierno anterior no controló bien a dónde iban a parar los fondos que recibían los clubes, que hoy están en general peor que antes. ¿Qué piensa?
–El Fútbol para Todos es un contrato, no un subsidio. Es responsabilidad de los dirigentes del fútbol que no la han tenido. El Estado compra un derecho y certifica que lo adquirido se ponga en la pantalla. Cuando el Estado compra 800 diarios en el quiosco de Hipólito Irigoyen y Balcarce, la contraparte son los diarios físicos que llegan al gobierno, pero no qué hace el diarero con ese dinero que ingresa a su cuenta. Lo mismo pasa con la AFA.
–¿Pero la AFIP debía controlar qué hacían los clubes con el dinero o la IGJ los balances de los clubes?
–La AFIP tiene que controlar a los clubes y todo.
–Eso no pasó.
–Ese tema tiene que resolverlo cada institución con dirigentes probos y honestos. Que no operen con intermediarios, que se sepa con absoluta claridad la pertenencia de sus jugadores de cantera y que no siempre quede un porcentaje ínfimo en el club. Hay una gran mediocridad en el fútbol argentino y está presente en esa nota donde se solicitó al Estado que rompa con el derecho del Fútbol para Todos, salvo algunas excepciones. No es el caso de Banfield que fue el primero en pedir que el fútbol vuelva a las pantallas de pago. A mí me da vergüenza como hincha de Banfield que mi club sea el primer obsecuente de las políticas de Macri. Yo le dije a Spinosa: nadie te pidió que fueras tan lejos, ni siquiera el señor Marín.
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