DEPORTES
› LA ENTIDAD PRESIDIDA POR EL INGENIERO MAURICIO MACRI MUESTRA VARIOS FOCOS DE CONFLICTO
En Boca, no todo lo que reluce es (azul y) oro
La exitosa realidad deportiva del club es muy diferente a la actualidad institucional. Una comisión directiva amparada en fallos judiciales que no están firmes, denuncias por aumentos exagerados en las cuotas sociales y el faraónico proyecto de mudar la Bombonera amenazan la tranquilidad del oficialismo.
› Por Gustavo Veiga
En Boca pasan cosas que, separadas de su actualidad futbolística, bien podrían definirse como irregulares. O sea, muy diferentes a esa inveterada costumbre que muestra el equipo de Carlos Bianchi de ganar casi todo lo que se propone y que tantos réditos le ha dado a su presidente, Mauricio Macri. La comisión directiva autoproclamada en diciembre último continúa en sus puestos de manera precaria al amparo de fallos judiciales que no están firmes. En una decisión conflictiva, esos mismos dirigentes aumentaron el precio de la cuota societaria, más los abonos a palcos, plateas y estacionamientos, lo que motivó una denuncia ante la Secretaría de Defensa del Consumidor, que está a punto de intervenir en el tema. Mientras tanto, quedó casi concluido en la Legislatura porteña un proyecto que pondría en jaque al régimen de avales que impera hasta hoy en el club para ocupar cargos electivos. Pero además, y como si estos hechos no bastaran para revolver el avispero, el polémico ingeniero no ceja en su intento de cambiar la Bombonera por un estadio en otro sitio. Cuando la institución está a casi dos semanas de cumplir su 99º aniversario, la calma que traen los resultados deportivos no se compadece con una situación que fermenta desde hace tiempo.
“La comisión directiva de Boca está agarrada con alfileres”, afirma el doctor Abel José Andreoli, uno de los abogados que hizo presentaciones ante la Inspección General de Justicia (IGJ) contra violaciones estatutarias en las que incurrió la administración Macri. La expresión, bastante gráfica, viene a cuento de cómo se dirimió a fines del año pasado el proceso electoral, impugnado por los opositores y convalidado por la Cámara Civil, luego de un extraño fallo del juez de Primera Instancia, Carlos Frontera, quien primero suspendió el comicio y luego lo autorizó. Hoy, Roberto Digón, el ex vicepresidente 3º de Boca y uno de los hombres que amenaza con complicarle la vida al oficialismo respaldado en graves denuncias, argumenta que “esto terminará indefectiblemente en la Corte Suprema”.
Dos son los asuntos que están pendientes de una resolución firme en los tribunales y en la IGJ: la validez del tercer mandato, que Macri y una renovada comisión directiva de fieles llevan adelante, y el espinoso conflicto desatado en torno de los avales (conducentes para quienes gobiernan y discriminatorios para sus adversarios). Quien ha estudiado lo que significa este requisito para aspirar a un cargo en el club es el diputado Milcíades Peña, ya que está a punto de presentar en la Legislatura porteña un proyecto de ley que declararía la nulidad absoluta de los avales. Su propósito es que se apruebe una especie de estatuto de entidades deportivas, de aplicación obligatoria, que suprimiría, entre otras cosas, las reelecciones indefinidas de dirigentes.
Una filtración en la hermética confidencialidad que consiguió imponer el presidente de Boca entre sus seguidores permitió conocer que también los propios oficialistas ventilan sus resquemores cuando discuten sobre los polémicos avales. Durante una de las últimas reuniones de comisión directiva, Juan Carlos Crespi, un acaudalado sindicalista petrolero que responde al menemista Antonio “Coco” Cassia, interrogó al presidente sobre quiénes habían presentado los avales y quiénes no.
Si esta disposición estatutaria sigue firme se debe a que una jueza, Betty Saigg de Piccione, falló en primera instancia a favor del proyecto ideado por Macri y a que su sentencia fue ratificada por la Cámara de Apelaciones en lo Civil integrada por los doctores Fernando Posse Saguier, Ricardo Burnichon y Elena Highton de Nolasco, la magistrada que ha sido propuesta por el gobierno nacional para integrar la Corte Suprema de Justicia. La única diferencia entre los dos veredictos es que el tribunal consideró excesivo el 20 por ciento de avales y lo redujo al 10 por ciento del patrimonio neto boquense.
Ser socio sale más caro
El 29 de diciembre pasado, Norberto Carretino, el jefe del Departamento de Socios y Abonos del club, les envió una carta a los asociados para notificarles por qué aumentaban los abonos a palcos, plateas y cocheras. El texto comienza recordando que “hace aproximadamente dos años la AFIP resolvió por decreto 493 del 2001 gravar los espectáculos deportivos con el IVA (Impuesto al Valor Agregado) a partir del 1-5-2001...” y continúa diciendo que “en su oportunidad y debido a la grave situación económica por la que estaba atravesando el País, la Comisión Directiva resolvió no trasladar dicho impuesto a los abonos...”.
La conflictiva noticia llega con el anteúltimo párrafo, donde Carretino sostiene que “con el objeto de recomponer el defasaje económico que ello causó a nuestras finanzas, por resolución de Comisión Directiva del 26-1203 a partir del 27-12-03 se aplicará el mencionado impuesto al precio de los abonos a palcos, plateas y cocheras en nuestro estadio...”.
El argumento que utilizó Boca es discutible. Página/12 consultó a una fuente de la AFA especializada en temas judiciales que, sobre la aplicación del IVA a los espectáculos deportivos, comentó: “Se promovió una acción de amparo a través de un estudio jurídico-contable en la época en que se hicieron las presentaciones contra el corralito. Por eso, el tema todavía está a resolución de la Justicia. Hay clubes que depositan el IVA bajo reserva y otros que no. La AFA, por ejemplo, en los partidos de la Selección, paga el impuesto”.
El ex vicepresidente Digón acaba de denunciar ante la Secretaría de Defensa del Consumidor que “los actuales directivos asumieron como hecho consumado algo que está en proceso de discusión y que tal vez nunca se aplique. Por otra parte, lo que resulta más insólito e indignante todavía, es que lo hicieron en forma retroactiva...”. En una carta que le envió a la licenciada Patricia Vaca Narvaja, a cargo de la secretaría, sostiene que los porcentajes de aumento “oscilan entre 20 y 33 por ciento” y que “ninguna otra institución del fútbol ha tomado esta actitud apresurada e irresponsable”. Por último, el ex directivo personaliza el enfoque en Macri, de quien sugiere “parece vivir en la Argentina de la hiperinflación y la falta de control –que tanto lo benefició en el pasado– y no en un país que se esfuerza por ser normal y que durante todo el año pasado registró una inflación de sólo el 3 por ciento”.
Otra vez, la cancha
El ingeniero prepara los festejos por el 99º aniversario con todos los oropeles, acaso porque durante el centenario del club ya no ejerza su presidencia si se postula por una banca de diputado en 2005. En ese contexto volvieron a arreciar las versiones sobre la mudanza de la mítica Bombonera a otro sitio, versiones que él mismo ha fecundado con sus palabras. Lo hizo durante una visita protocolar a la redacción de un diario, cuando confió que ya tenía tomada la decisión de trasladar el estadio a la provincia de Buenos Aires.
Casi desde el mismo momento en que asumió por primera vez
la presidencia –en diciembre de 1995–, Macri, cada tanto, vuelve sobre este tema que lo cautiva demasiado. En uno de sus mensajes más osados, hasta llegó a proponer compartir un estadio con River, idea que en Núñez fue desestimada. Y hasta sugirió lo mismo para el Nuevo Gasómetro de San Lorenzo. Sus adversarios afirman que una empresa norteamericana construiría el nuevo escenario a cambio de quedarse con algunos ingresos del club por diez años.
Las alternativas de mudanza que parecían más plausibles tampoco variaron. En el ex Deportivo Español (hoy denominado Club Social, Deportivo y Cultural Español de la República Argentina) aún se recuerda el interés que tuvo Macri en adquirir su extenso predio del Bajo Flores y del que hoy ni siquiera tienen la posesión quienes lucharon por recuperarlo del cierre definitivo. Otra opción que en el pasado seducía al presidente de Boca y que ha vuelto a comentarse es la del Club Comunicaciones y sus 17 hectáreas. Sin embargo, esta posibilidad es descartada de plano en la institución ubicada en el barrio de Agronomía ya que, cuando el Estado le cedió las tierras, fue con el objeto de que allí se desarrollaran actividades sociales.
Por último, hay quienes le atribuyen a Orlando Salvestrini, uno de los actuales vocales de Boca y hombre fuerte en el holding Socma, la adquisición por sí mismo o mediante un grupo económico, de tierras aledañas al Camino del Buen Ayre, quizá con la misma idea que tanto inquieta a su jefe y al mismo tiempo compañero de directiva.
La Bombonera se remodeló en 1996 y se reinauguró el 9 de julio de aquel año (ese domingo patrio Boca perdió 6-0 con Gimnasia en su vuelta al estadio). Pero nunca se tomó en cuenta que, con el tiempo, debería modificarse nuevamente su estructura por una disposición de la FIFA que fija que todos los espectadores tienen que estar sentados. En su afán por hacer sin reparar en los costos, Macri levantó lo que el arquitecto Pablo Abbatángelo –uno de sus opositores más tenaces–, denomina “cara barrera arquitectónica”, por los palcos VIP, que el mismo presidente subastó martillo en mano.
Resulta evidente que desde su cambio de fisonomía, el popular estadio no da abasto para albergar a los hinchas de Boca y de otros equipos con mucha convocatoria cada vez que se juega un partido. Por eso, la hinchada de Racing estuvo a punto de ser la primera en sufrir las consecuencias. Fernando Marín, su gerenciador, estimó en 15 mil la cantidad de simpatizantes que se hubieran quedado hoy afuera de la cancha si Boca no reveía su postura inicial de cederle apenas 4 mil entradas generales. Un argumento que le cae como anillo al dedo a su ex jefe y amigo, el ingeniero Macri, para continuar con su prédica de abandonar algún día la legendaria Bombonera.
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