DEPORTES
› LA SELECCION ARGENTINA VENCIO
1-0 A ECUADOR CON UN GOL DE HERNAN CRESPO
Una victoria que no alcanzó para seducir
El espíritu ultraofensivo planteado antes de comenzar el partido no se vio reflejado en la cancha, aunque el triunfo fue justo. Con el resultado, el equipo argentino suma 11 puntos y es líder momentáneo de las Eliminatorias; Ecuador quedó con 4 puntos.
› Por Ariel Greco
Una vieja máxima del fútbol indica que poner muchos delanteros no implica necesariamente ser ofensivo. A la Argentina de la primera etapa le pasó algo así. Es que desde los nombres y desde la actitud del equipo, la idea de atacar fue muy clara. Con mucha gente en campo rival, dos laterales que se sumaban constantemente a la mitad de la cancha y hasta un volante central mentiroso como Luis González, el conjunto de Bielsa insinuó que podía pasarle por encima a Ecuador. Sin embargo, fue sólo una ilusión óptica, que para colmo duró unos 20 minutos.
La tan mentada vocación ofensiva del equipo chocó con un problema insalvable: la previsibilidad. Por más que el ataque se iniciara por izquierda, por el medio o con un pelotazo del arquero, la definición tenía un único camino, el desborde de César Delgado y el centro automático en busca de la cabeza de Crespo. De esa forma, Ecuador no pasó demasiados sobresaltos, sobre todo porque fue inteligente para cuidarse en su zona defensiva.
Con ese panorama, a medida que transcurrían los minutos los visitantes se fueron soltando, mientras que la Argentina ya ni siquiera reproducía las imágenes del principio. Por más que seguía jugando –o, al menos, intentando jugar– a una velocidad supersónica, el equipo seguía sin generar peligro.
Las únicas llegadas claras del período fueron con pelota detenida. Por el contrario, Ecuador, sin tener la pelota y sin colocar más que un delantero fijo, llegó con más riesgo. Un zapatazo de Ayoví que pegó en el palo derecho de Cavallero y un remate de Ulises de la Cruz que se desvió en un defensor bien pudieron ser la apertura del marcador.
Para completar la paradoja de sumar delanteros y no generar peligro, la llegada más clara de Argentina se produjo de contragolpe. Ayala anticipó en su campo, tocó para Aimar, que habilitó a Crespo en profundidad. El remate del delantero fue rechazado por Cevallos. Para opacar aún más la tarea del equipo, las respuestas individuales no aparecieron.
No hubo demasiados cambios en el paisaje del partido, más allá del ingreso de Tevez por el inexpresivo Mariano González. La Argentina seguía acelerada y sin pausa para generar juego. Tal vez por ese motivo Bielsa introdujo a Riquelme, y un rato después directamente modificó el esquema del equipo, volviendo a su tradicional 3-3-1-3 con el ingreso de Burdisso por Delgado. Más allá de las variantes intentadas, lo que cambió el partido fue nada más ni nada menos que el gol de Crespo. En uno de los pocos descuidos de la defensa ecuatoriana, el delantero argentino recibió solo en el borde del área, se acomodó para su pierna hábil y sacó un derechazo al segundo palo que batió a Cevallos.
Con la tranquilidad de la ventaja y el adelantamiento de los ecuatorianos, la Argentina tuvo dos condimentos que le posibilitaron mostrar los mejores minutos de la noche: sin ser brillante, aunque con algunos toques y algo más de pausa y lateralización del juego, fabricó maniobras asociadas que levantaron un poco al público. Incluso en ese pasaje pudo sacar algún gol más de ventaja, pero Crespo falló en la definición.
Pasado ese lapso favorable, el miedo a perder lo conseguido, más la decisión del rival por ir a buscar más adelante, motivó que el conjunto argentino adoptara una postura más defensiva. Eso posibilitó un par de acciones de riesgo frente al arco de Cavallero, aunque ninguna demasiado clara.
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