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Más allá de la derrota en su presentación en el Masters de Houston, en medio de la lluvia y el cielo siempre encapotado (se jugó con luz artificial desde las 15.30, local), Gastón Gaudio dejó ayer una buena imagen ante el indiscutible número uno del mundo, el suizo Roger Federer, quien lo superó 6-1, 7-6 (7-4), en una hora y 34 minutos de un encuentro muy entretenido en el segundo capítulo. Igualmente, el argentino fue muy autocrítico sobre su labor: “Creo que me faltó bastante para jugar bien. Espero mejorar en los próximos dos partidos porque, por más que haya levantado en el segundo set, yo no me voy conforme”, aseguró.
Hubo diferencias muy claras entre uno y otro. El servicio, en esta cancha, es decisivo. Cuando Gaudio no metía el primero, su segundo saque era muy atacable. Así ocurría que al argentino le costaba muchísimo retener su servicio, mientras que el europeo pocas veces se complicaba con el suyo. El primer capítulo fue partido hasta el cuarto game, cuando se produjo el quiebre. Ese juego fue muy largo, favoreció a Federer y terminó siendo clave en el resto del encuentro. Hasta allí, el argentino había seguido al pie de la letra las indicaciones de Franco Davín, de jugarle alto al revés y no dejarle la bola en la derecha. Cuando el argentino salió de foco, perdió el saque y Federer no lo desaprovechó. Casi de inmediato, con asombrosa facilidad consiguió mantener su saque y volvió a quebrar sobre el de Gaudio para cerrar un contundente 6-1.
El segundo parcial fue otra historia. El argentino luchó más, logró evitar varios quiebres sobre su saque y contó con alguna chance hasta forzar el tie break, donde el suizo impuso otra vez su jerarquía. “¿Si Federer es invencible? ... Creo que no lo es, pero ninguno de los jugadores tiene la fórmula para ganarle. Dependés también del día que tenga el suizo. Por algo es el número uno indiscutible”, remarcó Gaudio, en la mejor síntesis de lo que fue el partido.