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Pretemporada preelectoral
Por Diego Bonadeo
“Che, ¿por qué no traemos aquel pibe habilidoso que se cansó de hacer goles en la liga intercountries y además por el target, viste...? ¿Y podríamos hacer gestiones por Porongano que es fachero, anda con modelos que aparecen en ‘Fashion TV’, y por ahí aparece en la tapa de algún pasquín chimentero?”
“Che, hay un concejalito con buena imagen que podría ir en la lista de senadores provinciales, pero que pague el derecho de piso. Que vaya por ahora a no salir, porque Montoto, aunque tenga causas por malversar fondos, es del aparato y de los choreos capaz que la gente ya se olvidó, pero de todos modos tiene que tener fueros urgente. Por las dudas...”
No parece del todo disparatado que los encomillados, tanto futboleros como electorales, de la ficción puedan haber sido realidad. O por lo menos algo parecido. La pretemporada de fútbol parece que ya pasó. Por lo menos cronológicamente terminó una semana atrás cuando Racing y Banfield empataron 0-0. Pero bien se sabe que las negociaciones siguen. Y que el libro de pases nunca se abre del todo ni se cierra del todo.
Para la preelección de octubre faltan dos meses. Y aquí con el libro de pases pasa exactamente lo mismo aunque de otra manera y pero muchas veces no necesariamente con protagonistas demasiado diferentes.
Es como si Nito Artaza, Moria Casán, Claudio Morgado o cualquiera de los “favorecidos” por el fundamentalismo cinéfilo de los Rodríguez Saá (Brieva, Benedetto, Del Boca, Corcho Rodríguez y demás) fuesen codiciados por River, Boca o San Lorenzo.
O como si Loeschbor, Paolo Montero –aun siendo uruguayo–, el Pocho Insúa o cualquiera de las incorporaciones para el “nuevo” River, el “nuevo” San Lorenzo o el “nuevo” Boca fuesen pretendidos para engrosar las listas para las elecciones de octubre.
Ah... pero hay más coincidencias cruzadas en esto de lo “nuevo”. Angel Sánchez y Oscar Sequeira, entre otros, siguen siendo los jueces a cargo del fútbol, ahora con el olvidable Abel Gnecco a cargo del Colegio de Arbitros. Y María Romilda Servini de Cubría, valijas de Amira mediante, sigue siendo la jueza a cargo de controlar las elecciones.