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Recién cuando faltaban nueve días para el inicio del Apertura, Gregorio Pérez fue confirmado como entrenador de Argentinos. Veinte días antes, el equipo de La Paternal le había escapado, con sufrimiento, al descenso, al vencer 3-0 a Rafaela, y el cuestionado Osvaldo Sosa era confirmado como técnico. Sin embargo, con el inicio de la pretemporada, Sosa decidió dar un paso al costado a raíz del feroz éxodo de jugadores que padecía la entidad y el panorama volvió a oscurecerse. Dos meses más tarde, cuando ya se consumió la mitad del torneo, Argentinos, el equipo que se salvó del descenso, está tercero, detrás de Boca y Vélez y a sólo tres unidades de la vanguardia. De eso habló el uruguayo Pérez con Página/12.
–¿Resultó una sorpresa el auspicioso arranque de campeonato que tuvieron?
–Sí, como se dieron las circunstancias de mi llegada, para muchos ha sido una sorpresa. Sabíamos bien el desafío que habíamos asumido, pero había mucha confianza y fe, porque veníamos a una institución que es chica pero que tiene su historia y que cuenta con un plantel no muy grande aunque nutrido de buenas condiciones técnicas. Eso es lo que nos alimentó de optimismo al tiempo de asumir.
–¿Cuáles son los equipos que van a pelear el Apertura?
–Más allá de alguna sorpresa que puede existir, Vélez y Boca apuntan como para estar definiendo el campeonato, pero todavía falta mucho.
–¿Y la sorpresa puede ser Argentinos?
–Ojalá, porque eso nos serviría para darnos cuenta de que nos estamos despegando de la tabla de la Promoción, esa en la que estamos peleando nosotros. Si bien es lógico que nos ilusionemos, porque eso está muy bien, yo tengo las cosas claras y, lo más importante, es que el grupo también lo tiene todo muy claro. Es muy lindo verse ahí arriba en el diario de los lunes, pero nosotros tenemos que ser conscientes de que nuestro objetivo es sumar, zafar de la Promoción y el descenso, haciendo un colchón de puntos que permita a Argentinos mantener una estabilidad en Primera.
–¿Qué cambió en los jugadores para que el equipo sea uno de los protagonistas del torneo luego de pelear una Promoción?
–Se fueron Marini, Oberman, Galván, Gutiérrez y otros jugadores importantes. Cuando llegamos, buscamos convencer a los futbolistas del trabajo que podíamos desarrollar. El buen arranque permitió que el grupo creciera en confianza a medida que pasaban los días. Sabíamos que Argentinos había estado a 20 minutos de un descenso y que había un pequeño recambio de jugadores, pero también teníamos muchísima fe en el trabajo, y eso nos empujó a creer en este proyecto.
–Está bien, pero, futbolísticamente, ¿cuáles son las claves del funcionamiento del equipo?
–Siempre armo los equipos de atrás hacia adelante, pero entiendo que cuando no se tiene la pelota, la primera línea defensiva son los puntas. Tratamos de ser un equipo sólido defensivamente, con una línea de cuatro bien parada; a veces jugamos con cuatro volantes, otras veces con tres; dos medias puntas (Martínez y Pisculichi) y Carrario solo adelante. Tratamos de ser ante todo un equipo prolijo, que recupere la pelota en espacios cortos, agresivo en mitad de cancha, tratando de neutralizar allí al rival para después jugar, y con mucho equilibrio cuando tiene el balón.
–¿Qué opina del torneo?
–Es un campeonato con mucha paridad y con muchos resultados inesperados, aunque esto ya no sorprende, porque en los dos últimos torneos también sucedió lo mismo. Hoy Boca está mejor que en torneos anteriores y Vélez mantuvo su estructura a pesar de lesiones y las bajas que tuvo en el inicio del campeonato.
–¿Es el campeonato de la pelota parada?
–La pelota parada se trabaja en todo el mundo, no sólo acá. Es un argumento válido, pero nadie trabaja únicamente eso. Es un complemento. Pero se debe tener en claro cuál es su origen: un foul, porque el adversario no puede contener a alguno de los jugadores. Banfield, por ejemplo, es un equipo al que han tildado por hacer muchos goles mediante esa vía, pero también es cierto que juega muy bien cuando tiene la pelota.

Entrevistó: Carlos Altea