Viernes, 6 de abril de 2007 | Hoy
DEPORTES › RIVER PERDIO 3-1 CON CARACAS Y QUEDO ELIMINADO EN LA LIBERTADORES
El equipo de Passarella cayó en Cúcuta y se despidió pronto. Un gol de Rey y dos de Escobar lo condenaron. Descontó Farías.
River protagonizó una nueva frustración. En continuidad con el flojo nivel que venía exhibiendo, el equipo de Passarella jugó un pésimo partido y perdió 3-1 con Caracas, lo que lo dejó sin chances en la Copa Libertadores con una fecha de anticipación. Para el entrenador, fue la tercera vez que se queda en la primera ronda del certamen. Un fracaso estrepitoso para un equipo que gastó más de 15 millones de dólares en refuerzos para este torneo.
La idea con la que River salió a la cancha no se entendió demasiado. Es que con lo necesidad de ganar que tenía, el planteo fue sumamente cauteloso, a la espera de ver lo que llevaba a cabo su adversario. Y apenas con las ganas y la actitud, a los venezolanos les alcanzó para superar al conjunto de Passarella en los sectores claves del juego. Porque en el mediocampo impusieron mayor dinámica, ante la pasividad de los volantes argentinos. Y en las áreas marcaron diferencia: en la propia, porque River colocaba muy poca gente en ofensiva. Y en la de enfrente, gracias a los innumerables errores de la defensa visitante.
No había pasado demasiado cuando River se encontró en desventaja con un gol increíble de Rey, que empalmó una volea de zurda desde afuera del área para batir a Carrizo. El conjunto argentino sintió el impacto y por largos minutos mostró su impotencia para generar juego. Sin embargo, un mal despeje de Rouga le dio a River la posibilidad del empate, cuando Rosales desbordó por derecha y metió un centro perfecto para que Farías marcara la igualdad con un cabezazo.
Claro que el empate no le devolvió confianza al conjunto de Passarella, que siguió sin ideas y con muchos problemas en el fondo. Así, con mitad de defensores saliendo y la otra mitad esperando, Escobar se filtró entre ellos y marcó el segundo. Y si las descoordinaciones quedaron expuestas en ese tanto, ni hablar con el tercero. Un rechazo largo de Carrizo terminó en su arco cuando Lucena devolvió el tiro desde la mitad de la cancha y dejó solito a Escobar –habilitado por Rivas–, que resolvió con un disparo violento al palo derecho del arquero.
Con el marcador en contra, River se mostró dispuesto a revertir el panorama. Adelantó sus líneas y arrinconó a los venezolanos contra su arco. Pero más allá de las ganas, la falta de claridad lo llevó a abusar de los centros sin sentido. Sólo la endeblez defensiva de los locales le posibilitó tener algunas ocasiones, aunque con poca puntería. Así se fueron consumiendo los minutos, que expusieron la impotencia del equipo de Passarella.
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