Con un gol de Torales en el inicio del segundo tiempo, Olimpo venció como local 1-0 a Arsenal y sumó sus primeros puntos en el torneo. Arsenal mereció mejor suerte sobre el final, pero no aprovechó su momento.

A pesar de haber presentado una formación con varios jugadores que no suelen ser titulares, Arsenal fue mejor que Olimpo en el comienzo.

Los de Sarandí eran más veloces, tenían una marcha más que los bahienses y eso se notaba cuando la tenían Raymonda o Garnier.

Así llegó la primera jugada peligrosa de la primera mitad. A los 12, Cristian Díaz mando un pelotazo para Garnier, que siempre se proyectó sin marca por la derecha, le pegó cruzado y Ulloa por muy poco no llegó a definir. Era cuestión de que un mediocampista de Arsenal cambiara el ritmo para llevar peligro al arco de Navarro Montoya.

Por el lado de Olimpo poco y nada. Dependió mucho de lo que pudiera generar Morales, que jugó muy recostado hacia la izquierda. Sólo dispuso de un par de corridas de Barrado por derecha que terminó definiendo mal Lujambio en el centro. Sobre el final de la primera etapa, y más por el empuje de su gente que por su volumen de juego, arrinconó a Arsenal, primero con un cabezazo de Tavio, que sacó muy bien Cuenca, y después con un remate de Rogelio Martínez que se fue desviado.

En el segundo tiempo Rivarola movió las fichas, y consiguió rédito rápido. Salió Lujambio lesionado e ingresó Torales, quien hacía su presentación con la camiseta de Olimpo y en la primera que tocó puso de cabeza el 1-0 para los bahienses.

A partir de allí el partido cambió, se animó. Porque Arsenal tuvo que salir a buscarlo. Alfaro se la jugó, cambió el esquema y mandó a la cancha a Villar, Calderón y Gómez. Lo pudo haber empatado con un cabezazo de Andrizzi que pasó cerca del palo izquierdo y minutos después se lo perdió el ingresado Gómez tras un centro desde la derecha.

Olimpo, en cambio, con la ventaja, se dedicó a cuidarla, a defenderse y esperaba cada vez más cerca de Navarro Montoya.

Así, Arsenal, a base de centros y pelotas paradas, fue juntando méritos para el empate, pero no tuvo la claridad necesaria para conseguirlo.