Hasta pasadas las cuatro de la mañana del lunes los hinchas de Banfield dieron rienda suelta a los festejos por las principales calles del centro comercial del barrio y los alrededores del estadio Florencio Sola. Sin incidentes que empañaran la celebración por el primer título de la historia en los 113 años del club fundado por inmigrantes ingleses, la ciudad extendió la jornada lo más que pudo.

Pizzerías, parrillas, heladerías y kioscos permanecieron abiertos hasta bien entrada la madrugada, mientras autos con familias enteras, embanderados con el verde y blanco y alguno alternando con el naranja, el segundo color del club, iban y venían por Maipú o por Alsina, en el centro neurálgico banfileño, o en los alrededores del Florencio Sola, en Peña y Arenales. “Todo fue muy tranquilo, muchas caravanas, banderas, pancartas, bocinazos, muchas familias”, comentó a la agencia DyN un vocero de la jefatura distrital de Lomas de Zamora, que envió personal de vigilancia por esa zona como consecuencia del partido.