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No dejó de dar instrucciones y caminar frente al banco de suplentes. Reiteró las indicaciones mil veces, se la agarró especialmente con el lateral Arturo Vidal, anotó todo en su libreta y se enojó ante los fallos presuntamente mal cobrados por el árbitro Eddy Maillet, de las Islas Seychelles. Marcelo Bielsa volvió a los mundiales después de aquella amarga eliminación de la Argentina en Corea/Japón 2002.

“Para que estos puntos rentabilicen necesitamos ganar o intentar ganar en el próximo partido (ante Suiza), porque el objetivo para todos nosotros está más ligado a pasar de ronda que a los records”, enfatizó, en relación con los 48 años de sequía que se cortaron ayer. “Estamos pensando en que los recursos que tenemos para atacar y defender se impongan al rival de turno, por lo pronto nuestro próximo rival es Suiza, veremos qué grado de oposición encontramos”, analizó.

“Me pareció un resultado justo, podríamos haber marcado más goles”, sentenció. “El juego fue bien resuelto por nuestro equipo, defensivamente no sufrimos demasiadas situaciones de riesgo”, agregó. “Chile no especuló ni dejó de atacar y respetó el camino que había elegido para elaborar los ataques”, completó.

“Parecemos que somos como los monitos de PlayStation, estamos mecanizados. Durante la semana trabajamos bastante, así que el día del partido se nos hace mucho más fácil”, dijo Jorge Valdivia, que ayer jugó como delantero y no en su puesto habitual de volante. “Supimos plasmar todo lo que en la semana hemos trabajado. Eso es lo que el profesor (Bielsa) nos ha metido en la cabeza, que es jugar a salir a atacar, hacer goles y a la vez defender, un equipo en el que atacan y defienden los once guerreros.”