Miércoles, 12 de marzo de 2014 | Hoy
DEPORTES › OPINIóN
Por Diego Bonadeo
Como si nada hubiera pasado entre la asociación ilícita Bustamante y la asociación ilícita Becerra –apellidos identificatorios de las barras que se enfrentan en el club Quilmes–, con el apoyo de otros “ilustres” o “caracterizados”, como se los quiera calificar, en la previa del partido que All Boys le ganó como visitante, y acatando la consigna-orden emanada de Viamonte 1366, “todo pasa”, el partido se jugó, una vez que el árbitro garantista se hubiera garantizado las garantías.
Como casi siempre en los últimos tiempos, la pelea entre estos delincuentes se dio sin la participación de hinchas o barras de otros clubes. Y se roba, se hiere y hasta se mata por lo de siempre, que nunca tiene vinculación con el juego: prebendas diversas, vueltos espurios... Nada que tenga que ver con la licitud.
Mientras tanto, las dirigencias políticas –Francisco “Barba” Gutiérrez es el intendente distrital de Quilmes– y deportivas –el senador nacional Aníbal Fernandez es el presidente del club– no miran por cierto para otro lado...
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