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Diez razones para un título, con la suerte como última justificación
› Por Juan José Panno
1 Fue el mejor de todos en un campeonato mediocre. La sensación de superioridad que nadie discute se puede corroborar en los números. Boca fue el que logró más puntos (lleva 38) y sacó varios cuerpos a sus escoltas; el que ganó más partidos (11); el que perdió menos (1); el que hizo más goles (29); el que sufrió menos goles (8) y el que más partidos ganó como visitante (6). Comparativamente, este Boca está por debajo de aquel que ganó el Apertura ‘98, que había sumado 45 puntos. Ganándoles a Olimpo y a Colón, este Boca llegará a 44, un punto por debajo de aquél. En comparación también está por debajo de San Lorenzo del 2001, que había sumado 47 unidades.
2 Tuvo una solidez defensiva muy grande que pocos pudieron quebrar. Abbondanzieri-Schiavi-Burdisso-Clemente Rodríguez conformaron un bloque muy firme sostenido también por Jerez-Calvo-Perea, cada uno a su tiempo, y por los volantes de contención, Battaglia y Cascini. Estructurado para evitar cualquier sorpresa, muy metido en el juego, dispuesto a no regalar un centímetro, Boca mantuvo el cero en 11 de los 17 encuentros disputados. Resultan una curiosidad los tres goles que hizo Banfield, en una floja tarde de Abbondanzieri.
3 Tuvo a Carlos Bianchi. El entrenador siguió con su receta clásica: planteos sencillos (4-2-2-2 o 4-3-1-2); respaldo a los titulares; pocos cambios, sólo los necesarios; mucho orden en la cancha, inteligencia para regular los partidos según las conveniencias y búsqueda de variantes ofensivas. Boca fue pocas veces vistoso, pero siempre muy efectivo.
4 Tuvo a Julio Santella. La excelente preparación física del plantel permitió que el equipo llegara más entero que su rival en casi todos los partidos, aun después de haber jugado dos días antes frente a rivales más descansados, como ocurrió contra Quilmes. Un dato ejemplificador: Boca hizo 7 goles en los primeros tiempos y 22 en los segundos tiempos. Es muy sintomático.
5 Venció a tres de los cuatro grandes y también superó a Central que anduvo peleando el campeonato. Vale decir que dejó atrás a los que se suponía eran los rivales más importantes. Regaló puntos con Lanús y Banfield, pero ganó los partidos clave, contra River y San Lorenzo.
6 Cuando ganó, casi siempre lo hizo con justicia; en los partidos que empató, casi siempre mereció ganar y en el único que perdió, ante Newell’s, estuvo muy cerca de la igualdad. Fue el campeón de punta a punta porque los desniveles de los demás le allanaron siempre el camino.
7 Tuvo a Carlos Tevez, el mejor jugador del equipo y de este campeonato. Boca marcó claramente la diferencia con sus rivales en la primera parte del torneo y en eso tuvo mucho que ver Tevez, quien convirtió 7 goles en las primeras 6 fechas, y resultó imparable.
8 Cuando no estuvo Tevez, le costó reemplazarlo, pero en el encuentro más vital, ante River, que pudo haber marcado un giro importante en la marcha del torneo si perdía, encontró al brasileño Iarley, quien resultó incontenible para el frágil River de esa tarde.
9 Tuvo a Sebastián Battaglia, un jugador de categoría de Selección, que marcó todos los tiempos en el medio, contribuyó a la solidez ofensiva y dio su aporte en ataque con goles clave (Gimnasia, River, Banfield) y con pases de gol. Se complementó muy bien con Cascini, otro que terminó en excelente nivel.
10 Tuvo la suerte de los campeones. Una razón muy menor, por cierto.
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