Ernesto Villegas habla marcadamente pausado, midiendo las palabras que utiliza, consciente de que una vez impresas se vuelven material indeleble. A un ministro de Comunicación lo que más lo desvela es informar adecuadamente y resistir un archivo. El mundo lo conoció por ser quien dio los comunicados sobre la salud de Hugo Chávez desde el 8 de octubre hasta el fallecimiento del líder bolivariano el 5 de marzo. Oposición y medios antichavistas nacionales e internacionales criticaron la forma en que el gobierno informó sobre el tratamiento contra el cáncer, además del hecho de que el mandatario fuera atendido en Cuba.

En Venezuela, Villegas es un apellido asociado al periodismo: la madre de Ernesto es periodista y dos de sus hermanos, Mario y Vladimir, y él mismo siguieron los pasos de Maja Poljak. “Mi mamá era judía croata, vino a Venezuela como refugiada política, huyendo del nazismo. Yo no quería ser periodista, quería trazarme mi propio camino y tener personalidad. Así pensaba yo cuando tenía 19 años”. A esa edad a Ernesto lo entusiasmaba más la ingeniería, pero empezó a familiarizarse con el mundo audiovisual reparando máquinas en un canal de televisión. “Un periodista en un velorio de una tía mía me preguntó de manera diferente, porque siempre me preguntaban si yo también iba a ser reportero como mis hermanos. Me dijo: ‘¿a ti no te gusta el periodismo?’. Y descubrí que sí me gustaba. De ese velorio salí a inscribirme en la carrera.”

Villegas, de 43 años, es el hijo menor de ocho hermanos de la pareja formada por Poljak y Cruz Villegas, ex presidente de la Central Unitaria de Trabajadores y militante comunista que estuvo preso durante la dictadura de Pérez Jiménez. Ernesto recuerda a su padre. “Fue torturado, confinado a la selva amazónica durante cinco años. Quedó en libertad con el fin de la dictadura.” Mario escribe para el medio 2001 y hace un programa de radio para el sitio web Noticias 24. “Una página de derecha muy rápida”, según define Ernesto con tono irónico. Vladimir formó parte del proyecto chavista durante un tiempo, pero es columnista del diario opositor El Nacional y acaba de renunciar apenas nombrado como director del canal opositor Globovisión. De Vladimir dice Ernesto: “Yo lo quiero que jode. Tenemos diferencias políticas, pero nos queremos mucho, tenemos capacidad de diálogo”.

Ernesto Villegas estuvo esta semana en Buenos Aires firmando convenios de cooperación e intercambio para la televisión abierta digital en Venezuela. En sus comienzos como cronista escribió para El Nuevo País, periódico de derecha, El Universal, uno de los diarios opositores de mayor tirada, y el tabloide Ultimas Noticias. Ernesto, Mario y Vladimir hicieron un programa de radio juntos cuando entre ellos había una sintonía ideológica. Villegas cuenta que dejó de colaborar para El Universal al mes del golpe de Estado contra Chávez de abril de 2002, cuando trabajar allí se volvió incompatible con sus ideas. “Para mí era un golpe de Estado, ellos no lo llamaban de esa manera. El golpe me agarra en un doble rol. Yo era reportero para el diario de la oligarquía y entrevistador en Venezolana de Televisión, un canal de la revolución, que lo sigue siendo. Eso hizo crisis y me quedé solo con el canal.” Su antecesor, Andrés Izarra, experimentó una situación similar. El ex ministro de Comunicación abandonó su trabajo en la emisora Radio Caracas Televisión (RCTV) después de abril de 2002, porque decidió no prestarse a “la canallada de formar parte de un golpe mediático”, como dijo a esta cronista en una oportunidad.

En 2009 Villegas fundó Ciudad Caracas, un diario gratuito y afín al gobierno que dirigió hasta que Chávez le pidió ser ministro de Comunicación, cargo en el que se desempeña actualmente.