Mientras que cada vez son más los gigantes financieros de Estados Unidos que piden multimillonarios rescates, el gobierno de George W. Bush anunció nuevas medidas para que las hipotecas sean más fáciles de pagar. El nuevo plan autoriza la reducción de las tasas de interés, la extensión del préstamo por un período más prolongado o el retraso en el pago principal de la hipoteca. Tras los anuncios hipotecarios, los principales indicadores bursátiles norteamericanos limitaron sus pérdidas. En Nueva York, con operaciones reducidas por el Día de los Veteranos, el Dow Jones cedió 2 por ciento y el Nasdaq, 2,2 por ciento. En Europa las caídas fueron más pronunciadas, mientras que en las Bolsas asiáticas la euforia por el rescate chino duró poco y el Nikkei volvió a caer.

El nuevo programa para evitar embargos se conjugará con el ya existente “Hope Now” (Esperanza Ahora). “Las ejecuciones hipotecarias aumentaron 150 por ciento en dos años, necesitábamos detener esta espiral”, afirmó James Lockhart, director de la Agencia de Financiamiento de Viviendas (FHFA, por sus siglas en inglés). Uno de cada 475 hogares estadounidenses atravesaba un proceso de remate hipotecario durante septiembre, una caída del 12 por ciento en relación con agosto, pero 21 por ciento por encima del mismo mes el año pasado. Del plan participarán Fannie Mae, Freddie Mac y otras empresas hipotecarias, y su principal objetivo será renegociar los términos de las hipotecas con una morosidad de 90 días, de forma tal que los acreedores no tengan que pagar más del 38 por ciento de sus ingresos brutos mensuales.

Para algunos analistas las medidas anunciadas ayer “sólo incentivan la cesación de pagos hasta que estén lo suficientemente atrasados para entrar en el plan, no contempla una reducción de la carga de deuda, limitándose a extender los plazos de pago y reducir los intereses”. Por su parte, el Citigroup también anunció que lanzará un programa para modificar préstamos hipotecarios. Según informaron desde la compañía, el programa podría llegar hasta 500 mil propietarios.

En Europa, las principales plazas bursátiles cerraron con caídas de hasta el 6 por ciento y los gobiernos continúan reclamando acciones conjuntas para enfrentar una cada vez más factible recesión a escala global. Las ventas al consumidor en Gran Bretaña cayeron en octubre por primera vez en tres años, con una reducción de 0,1 por ciento respecto del mismo mes del 2007. Las autoridades inglesas estarían por anunciar un recorte impositivo para estimular su economía y el primer ministro, Gordon Brown, exigió un “estímulo fiscal” mundial coordinado. “Si tenemos un estímulo fiscal y esto no es imitado en otros países, entonces tendrá un efecto mucho menor y mucho menos beneficioso que si se hiciera en otras economías del mundo”, señaló Brown. A su vez, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, indicó que, “sin coordinación, los planes adoptados a nivel nacional no serán tan eficaces como deberían serlo y todos los países europeos perderán”, dada la gran interdependencia de las economías del bloque.

A medida que la crisis se profundiza, el dólar se fortalece y las materias primas pierden parte del terreno ganado en los últimos años. El euro, que llegó a cotizar 1,6 dólar, terminó ayer a 1,253 dólar. Por su parte, el barril de petróleo Brent se cayó por debajo de los 55 dólares, su menor nivel desde enero de 2007, mientras que la variedad de crudo WTI se negoció a menos de 59 dólares, su mínimo desde marzo del año pasado.