El titular del BankBoston, Manuel Sacerdote, declaró en la causa originada por la denuncia de una ahorrista que intentó retirar su dinero mucho antes de la instauración del “corralito”, pero la entidad bancaria dilató la entrega del depósito hasta que los fondos fueron finalmente atrapados por las restricciones impuestas a principios de diciembre de 2001.
La investigación de la causa por el presunto delito de administración fraudulenta que lleva adelante la jueza Cristina Bértola, titular del juzgado de instrucción de 1ª Instancia Nº 7, reveló que también existían otros trece damnificados en siete sucursales de la Capital y tres de la provincia de Buenos Aires. El monto involucrado en estas operaciones de retención de fondos fue cercano al medio millón de dólares.
La operatoria presuntamente fraudulenta habría consistido en que, al reclamar los ahorristas la devolución de su dinero, el BankBoston argumentaba su falta de liquidez, por lo que les entregaba un “certificado de custodia” que, según manifestaron los ahorristas, garantizaba supuestamente que sus fondos estaban fuera del circuito financiero y bancario.
Los depositantes señalaron que se les informaba que, contra la presentación del certificado, tan pronto hubiese fondos disponibles se les restituirían sus ahorros. No obstante, la devolución se dilató hasta llegar a la primera semana de diciembre de 2001, cuando el BankBoston informó a los tenedores de esos documentos que sus depósitos habían sido incluidos en el “corralito”.
En su defensa, Sacerdote manifestó que en su carácter de “responsable legal y coordinador para América latina” del banco de capital norteamericano, su función es tomar “las grandes decisiones económicas y políticas” del BankBoston, por lo que sólo ante las preguntas de Bértola se enteró de la existencia y el uso de los certificados de custodia en la entidad. Por esta causa, la magistrada allanó en marzo pasado la casa central y una sucursal del banco, e investiga a una docena de sus gerentes.