ECONOMíA
› SE DETECTO MANIOBRAS DE TRIANGULACION DE EXPORTACIONES PARA EVADIR AL FISCO
Exportación a Brasil con escala en Bahamas
Las multinacionales más poderosas que operan en el país están siendo investigadas por la AFIP por maniobras multimillonarias de evasión tributaria, que en las próximas semanas podrían derivar en las más sonadas denuncias realizadas por el organismo. En seis meses, el fisco se habría perdido de cobrar 220 millones de pesos.
› Por Maximiliano Montenegro
Las multinacionales más poderosas que operan en el país están siendo investigadas por la AFIP por maniobras multimillonarias de evasión tributaria, que en las próximas semanas podrían derivar en las más sonadas denuncias penales jamás realizadas por el organismo. El escándalo envuelve al llamado club de las cerealeras, un selecto grupo de comercializadoras internacionales de cereales que monopolizan las exportaciones de granos y soja argentinas. Son un puñado de compañías, entre las que se destacan Bunge, Cargill, Dreyfus, Alfred Toepfer y Nidera, que exportan anualmente por unos 6000 millones de dólares. El organismo recaudador detectó operaciones de triangulación de exportaciones de tres de dichas multinacionales con el objetivo de evadir al fisco. Se estima que así se habrían ahorrado de tributar más de 220 millones de pesos durante los primeros seis meses del año. Para colmo, la norteamericana Cargill, líder mundial en la comercialización de granos, ya fue denunciada penalmente por la DGI por evasión agravada, acusada de confeccionar facturas truchas para inflar los recuperos del IVA. En los próximos días, las denuncias se extenderían a otras compañías del sector.
El titular de la AFIP, Alberto Abad, y el jefe de la Aduana, Mario Das Neves, comisionaron a 20 especialistas tributarios y aduaneros con un único objetivo: poner la lupa sobre las maniobras de triangulación de exportaciones, con escalas en paraísos fiscales previas al destino final, que empezaron a florecer más que el girasol después de la devaluación.
Los expertos investigan operaciones de triangulación en varios sectores, pero son particularmente notorias en el caso de las cerealeras.
Por ejemplo: Cargill Argentina vende los granos a Cargill Uruguay a un precio ficticio de 100, mientras que Cargill Uruguay los revende el mismo día a Brasil a 130, el verdadero precio en el mercado internacional. Similares operaciones de triangulación de ventas se detectaron con oficinas en Bahamas, otro paraíso fiscal.
Con estas maniobras de subfacturación de exportaciones, las multinacionales sospechadas realizarían una doble evasión:
- Pagarían menos retenciones, un tributo del 20 por ciento sobre el valor de la exportación.
- Pagarían menos impuesto a las ganancias en la Argentina, dejando las utilidades en cabeza de filiales radicadas en paraísos fiscales.
La DGI descubrió que tres de las mayores traders de cereales, Cargill, Dreyfus y Alfred Toepfer, vienen realizando habitualmente este tipo de maniobras desde principios de año.
Cuidándose especialmente de no hacer nombres, el titular de la DGI, Horacio Castagnola confirmó a Página/12 que estaban investigando esas maniobras, y no descartó futuras denuncias penales. También contó que el organismo había cursado, a través de Cancillería, oficios diplomáticos a Uruguay y Bahamas para terminar de cerrar la información sobre los supuestos embarques que habría pasado por esos destinos.
En realidad, el propio Castagnola dijo que hay certezas de que los embarques físicos se realizaron directamente hacia el destino final y que las operaciones de exportación a esos destinos fueron ficticias: un simple trámite burocrático anotado en la cabeza de las oficinas de las multinacionales en esos países.
Los investigadores oficiales se manejan con cautela y prefieren no arriesgar cifras sobre los montos supuestamente evadidos. Sin embargo, Página/12 reveló esta semana que los técnicos del Ministerio de Economía le acercaron a Roberto Lavagna un informe reservado con las cifras de subfacturación de exportaciones. El estudio fue realizado sobre una muestra de las exportaciones (ver cuadro). Si se extiende el universo, setiene que durante los primeros seis meses del año los exportadores subfacturaron más de 1000 millones de dólares.
Para los cereales, el cálculo más conservador posible indica una subfacturación de unos 300 millones de dólares. Así, durante la primera mitad del año, la evasión de retenciones, que para los cereales son del 20 por ciento, superaría los 220 millones de pesos. En tanto, no hay ningún cálculo oficial que permita acercarse a los montos supuestamente evadidos del Impuesto a las Ganancias.
Truchas
El segundo modus operandi de las multinacionales para evadir al fisco de un Estado quebrado y cercado por los acreedores extranjeros y el FMI, es menos sofisticado. Y lleva el inconfundible sello autóctono. Se trata de la confección de facturas truchas de proveedores inexistentes, para reclamarle luego a la DGI el reintegro del 21 por ciento del IVA sobre los montos exportados. Por este motivo, la DGI ya efectuó una denuncia, en el Juzgado Penal Económico Número 4, por evasión agravada contra Cargill, la cerealera líder mundial. Según pudo saber este diario, en los próximos días el organismo recaudador sacudiría al mundo de los negocios con nuevas denuncias penales por maniobras de similares características contra otros grandes jugadores globales.
Liquidados
No es la primera vez que las comercializadoras multinacionales de cereales están en la mira. A partir de marzo de este año, cuando el dólar empezó a recalentarse descontroladamente, funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central denunciaron que había grandes exportadores que demoraban la liquidación de sus divisas en el país a la espera de más devaluación. Entre las empresas denunciadas de especular contra el peso sobresalían, justamente, las cerealeras, que por el régimen cambiario deben ingresar al país los dólares que cobran por sus exportaciones, como máximo, 15 días después de producido el embarque.
De hecho, en un principio, Lavagna se interesó por el tema de la subfacturación de exportaciones preocupado porque existiera una oferta suficiente de dólares para descomprimir el mercado cambiario. En la estimación más prudente, 2000 millones de dólares anuales no es un número trivial para un mercado del dólar como el argentino.
Pero si Abad y Das Neves lograran formalizar las denuncias, entonces, más allá de las denuncias penales que correspondan, los ingresos que podría reclamar el fisco son aún más revelantes en estos tiempos de penurias sociales. Unos 220 millones de pesos en un semestre equivalen a casi 250 mil subsidios para Jefes de Hogar durante ese período. En un país que alguna fue calificado de granero del mundo y hoy sufre hambre, sería un despilfarro no exigir esa deuda.
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