La parálisis de la industria automotriz, con paradas técnicas o adelanto de vacaciones, con o sin suspensión de personal, se reflejó en las estadísticas de producción y ventas del mes de enero. Con respecto al mismo mes del año anterior, la producción nacional cayó 54,6 por ciento, las ventas al exterior retrocedieron 60 por ciento y a concesionarios, el 38,9 por ciento. Aunque se descuenta que entre febrero y marzo habrá algún rebote respecto del cuadro de enero, en el sector todos coinciden en que se comienza a transitar un año de baja en la producción y ventas con respecto a las cifras record de 2008, aunque también hay consenso en que proyectar los resultados de este primer mes del año sería un error. “Hubo muchas paradas aprovechando la baja en el mercado que no se van a repetir en febrero y, menos, en marzo”, apuntan. Igual, los pronósticos son sombríos.

Los acuerdos que las autoridades nacionales buscaron con las terminales para evitar despidos masivos tuvieron, hasta ahora, resultado parcial. Las automotrices cambiaron despidos por suspensiones, pero le agregaron un fuerte ajuste en los programas de producción, según se verificó en enero. Por otra parte, la respuesta al plan de facilidades para la compra del primer cero kilómetro no fue recibido por el sector terminal con el entusiasmo que se hubiera esperado del respaldo ofrecido por el Gobierno. Por el momento, las órdenes que vienen de casas matrices de ajustar las cuentas para cumplir con las pautas globales se imponen sobre una realidad local que no merecería respuestas tan duras.

Los 18.720 vehículos producidos en terminales nacionales en enero de 2008 podrían ser tomados como un síntoma. La justificación sería que se aprovechó, mediante adelanto de vacaciones o de paradas técnicas, echar lastre a la espera que lleguen tiempos mejores. Estos tiempos deberían haber llegado de la mano del Plan Canje de Autos, anunciado en diciembre pero que se fue dilatando en su implementación. Fundamentalmente, por la demora en definir el tipo de contratación, según señalan fuentes de las empresas. En cambio, entre los usuarios e incluso lo corroboran algunas concesionarias, algunas de las terminales no habrían puesto a disposición la cantidad necesaria de unidades de los modelos ofrecidos en la publicidad con precios rebajados para el canje.

Conforme al nivel de consultas y expectativas que traducen, cabría esperar que entre febrero y abril se produzca un impacto importante sobre el nivel de ventas al mercado interno.

Aun contando con este impulso, las expectativas más favorables no pasan de una estimación de alcanzar el equivalente al 90 por ciento de las ventas del año pasado: unas 550 mil unidades.

Comparando las cifras de ventas con las de producción de enero, se observa que la reducción de la salida de fábrica fue muy superior a la señal de retracción que envió el mercado. Mientras las ventas alcanzaron las 33.500 unidades, la producción fue de tan sólo 18.700. Si se toma como referencia todo el año 2008, las proporciones son mucho más parejas: producción de 597 mil unidades contra ventas por 611 mil. La bajísima performance productiva del mes de enero hizo que menos de la mitad de aquellas ventas al mercado interno fueran de vehículos nacionales (15.700), mientras que más de 18.000 fueran unidades importadas. Esta absorción de vehículos fabricados en el extranjero no fue compensada ni siquiera en la mitad por las exportaciones, ya que se despacharon al exterior en enero menos de 8200 automotores. Al pobre resultado en la producción, se suma que la balanza comercial de las terminales arrojó un resultado neto altamente negativo.