Despacito y en silencio, el Banco Central sigue convalidando una suave pero continua alza en la cotización del dólar. La moneda estadounidense subió ayer tres centavos y cerró a 3,70 pesos en las casas de cambio del microcentro. Desde la entidad que conduce Martín Redrado, describen un mercado local con poca oferta tirado por la demanda minorista en el que la autoridad monetaria decidió limitar sus intervenciones al mínimo posible para no resentir su nivel de reservas internacionales. Las presiones de ciertos sectores económicos que abogan por una devaluación más significativa para “recuperar la competitividad” persisten, y desde el Central reconocen el impacto negativo que esta situación generaría sobre los precios, salarios y el empleo. De todos modos, por ahora, están a la espera de la liquidación de cosecha de abril.

A diferencia del año pasado, cuando la entidad salía a mantener el precio de la moneda mostrando su “poder de fuego” para disciplinar a los especuladores y controlar las presiones inflacionarias, el Banco está limitando sus intervenciones a la espera de que aumenten la disponibilidad de divisa en el mercado local convalidando la devaluación para preservar los niveles de competitividad. “No hay oferta de dólares en el mercado y tenemos un sector económico pulseando por una baja en las retenciones y pidiendo una mayor devaluación del peso”, señalaron desde la autoridad monetaria para explicar su comportamiento. Si bien sostienen que no están dispuestos a colocar de a 300 millones de dólares por día para sostener la paridad cambiaria, aseguran que “defendemos la cotización en la medida de lo posible, pero no queremos resentir nuestro nivel de reservas; estamos esperando la liquidación de cosecha de abril”. Ayer las reservas internacionales del BCRA cerraron en 47.003 millones de dólares.

En un mercado de divisas con bajo nivel de operaciones, el Banco Central está acompañando la suba. “La entidad está evitando variaciones abruptas en el marco de un esquema de flotación administrada”, refieren sus funcionarios. Los negocios que están observando desde la entidad son “minoristas que compran entre 10 y 30 mil dólares”.

Uno de los indicadores que siguen en la entidad es el precio de los commodities (soja y petróleo) que, si bien todavía son altos en términos históricos, se encuentran muy por debajo de los máximos alcanzados el año pasado. El otro es la cotización de la moneda del principal socio comercial. Hace unos meses, cuando el real llegó a registrar una devaluación superior al 40 por ciento, los empresarios empezaron a reclamarle al Gobierno que acompañe el proceso del país vecino, para preservar la competitividad de sectores industriales que aseguran que un tipo de cambio mayor es la única alternativa para conservar sus mercados externos en medio de la crisis. La entidad rechazó públicamente el pedido, pero sin movimientos fuertes convalidó las demandas para “preservar la competitividad”, o sea mejorar los márgenes de ganancia y la consecuente caída en el poder adquisitivo de la población como contrapartida.

Un claro ejemplo se vio la semana pasada, cuando el dólar experimentó una fuerte devaluación a nivel internacional y en el mercado local la divisa permaneció inalterada. Algo parecido sucedió en los últimos días con el real, que se volvió a apreciar. En esas ocasiones el Banco, reconocen sus funcionarios, podría haber direccionado la cotización del dólar hacia abajo y, sin embargo, se mantuvo al costado.

“En los últimos días, los depósitos bajaron levemente, cerca del 2 por ciento, y crecieron en dólares. Se está dando un pequeño proceso de dolarización sin afectar la liquidez del sistema. Y Redrado está tratando de equilibrar los reclamos. Recuperando por un lado la competitividad de manera paulatina y vigilando la evolución del mercado de pesos, la liquidez”, explicó un banquero que además remarcó que, “de todas formas, la devaluación acumulada en el año no supera el 6 por ciento”.

Desde el Banco Nación señalaron que “la caída en los depósitos, desde que estalló la crisis internacional, es irrisoria” y apuntaron que “la demanda de dólares no está en los niveles a los que llegó durante el lockout y el estallido de la crisis financiera, (sino que) está en valores intermedios”.

Por su parte, el reducido índice líder de la Bolsa porteña abrió la semana con un incremento del 5,14 por ciento, en sintonía con el alza registrada en las principales plazas bursátiles del mundo tras los anuncios del Tesoro de Estados Unidos (ver aparte). El volumen negociado ascendió a los 58 millones de pesos y las mayores ganancias las registraron las empresas de mayor ponderación en el Merval. Petrobras subió 8,44 por ciento y Tenaris, 7,32 por ciento. En tanto, los títulos de la deuda sufrieron fuertes caídas. El Discount en pesos retrocedió 8,9 por ciento y el Boden 2012 cedió 2,9 por ciento.