ECONOMíA
› ESTUDIAN UNA NUEVA VERSION DE LA CARTA DE INTENCION DEL FMI
La negociación va por línea privada
Duhalde y Lavagna eludieron dar precisiones sobre el estado de las negociaciones, que ahora pretenden desarrollar reservadamente.
El presidente Eduardo Duhalde y el ministro Roberto Lavagna quisieron mostrarse ayer cerrando filas en la negociación con el Fondo Monetario. “Vamos a seguir negociando siempre que no se ponga en riesgo la incipiente recuperación”, afirmó Duhalde, durante una conferencia de prensa ofrecida junto a Lavagna. Negó que, después de su conversación telefónica con Horst Koehler, se haya puesto al frente de la negociación. Y ratificó que ese rol lo desempeña su ministro de Economía; “yo simplemente colaboro”, aclaró. Lavagna, por su parte, confirmó que ayer recibió un tercer borrador de la carta de intención, con el que se busca acercar los puntos en discordia, pero relativizó que el 14 de noviembre sea el día del juicio final, antes del cual debería haber acuerdo o Argentina sería declarada en cesación de pagos. En tanto, admitió que, como señal de buena voluntad, el Gobierno pagará mañana un vencimiento por 180 millones de dólares con el FMI.
Al mediodía, al finalizar un seminario de la Cepal, Lavagna trató de tomarse un día sabático del Fondo Monetario. “Hoy vamos a descansar del FMI, no hace falta estar hablando todos los días del Fondo, hay otros temas”, ensayó ante las repetidas preguntas de la prensa. Simultáneamente, estimulada por el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, creció la versión de que el propio Duhalde se pondría al frente de las negociaciones, después de la charla de 30 minutos que mantuvo el lunes con Koehler. Por eso, el Presidente y Lavagna decidieron cerrar filas y mostrar un discurso unificado frente a Washington, tras los fallidos intentos del ministro por destrabar el acuerdo jugando de visitante. Así, participaron de una conferencia de prensa conjunta en el Ministerio de Economía, formalmente convocada para presentar el plan de obras públicas, aunque ni una sola pregunta se apartó del tema clave: la marcha de las negociaciones con el FMI.
Allí, Duhalde respaldó abiertamente a su ministro de Economía y se ajustó al discurso que éste viene desplegando en los últimos días. Dijo que las negociaciones seguían su curso, “siempre que no se ponga en riesgo la incipiente recuperación. Argentina está en un proceso de recuperación y tenemos que ser muy cuidadosos”, enfatizó. En más de una oportunidad, Lavagna declaró que no iba a cometer el mismo error que el ex ministro José Luis Machinea, quien a poco de asumir el poder la Alianza aplicó un ajustazo fiscal –suba de impuestos y recorte de gastos– para acordar con el FMI y terminó matando el tímido repunte del nivel de actividad que se evidenciaba por esos días. Duhalde repitió ayer ese concepto hasta el hartazgo. Afirmó que eso mismo había tratado de explicarle a Koehler y Anoop Singh durante su diálogo telefónico. Además, ratificó que, de no haber acuerdo, no se pagará con las reservas el vencimiento de 850 millones con el Banco Mundial del 14 de noviembre próximo. “No está en discusión si Argentina quiere o no pagar. Argentina no puede pagar”, señaló.
Duhalde evitó dar detalles de la negociación en sí, haciendo caso al pedido de prudencia que Lavagna realizó a toda el ala política: “Para llegar a un acuerdo conveniente no podemos discutirlo por los medios, debe ser un discusión casi secreta”, aseguró. Y reiteró que no se buscará consenso entre los precandidatos presidenciales hasta tanto no exista algún preacuerdo público con el organismo: “Primero tenemos que lograr el acuerdo y después las mayorías parlamentarias lo van a aprobar. Antes, imposible”, sentenció.
Lavagna recibió ayer el último borrador de carta de intención de Washington. Según la cuenta del propio ministro éste es el tercero y busca allanar el camino en los puntos que más alejan la posibilidad de cerrar trato en el corto plazo. Ellos son básicamente dos:
- En el aspecto fiscal, el Fondo presiona por un nuevo ajuste, de alrededor de 5000 millones de pesos, para el año próximo. Y sugiere elevar impuestos, empezando por las alícuotas al gasoil, la eliminación deexenciones en Ganancias, incluida su extensión a las rentas provenientes de los plazos fijos.
- El incremento de tarifas de servicios públicos. Pese a las diferencias expresadas hasta el momento, la propuesta de Economía de realizar un ajuste desdoblado, entre diciembre y marzo, no sería mal vista por el Fondo.
El ministro relativizó la importancia del 14 de noviembre como el “día D” (del default): aunque se cuidó de no decirlo frontalmente, dejó en claro que siempre existe alguna ingeniería financiera posible para postergar ese vencimiento con el Banco Mundial. Y así mantener viva la negociación sin caer en default. La otra señal fue reconocer que el gobierno pagará mañana un vencimiento con el FMI por 180 millones de dólares. Será un inequívoco gesto de buena voluntad, que espera sea retribuido con algún salvavidas desde Washington.
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