Los jubilados cerrarán el año con un aumento del 7,34 por ciento en sus haberes. Los pasivos percibirán el mes próximo el segundo ajuste de la aplicación de la ley de movilidad. El primero, de marzo pasado, había sido del 11,69 por ciento, con lo cual el incremento anual de las jubilaciones terminará siendo del 19,89 por ciento. Tal como anticipó Página/12, a partir de esta suba la mínima pasará de 770 a 827,23 pesos, mejora que empezará a regir con la liquidación de septiembre. A esto se suman los 45 pesos del subsidio del PAMI, arrojando un total de 872,23 pesos. “Ninguna variable en la economía argentina en este período ha crecido tanto como la jubilación mínima (360 por ciento desde la salida de la crisis)”, dijo el ministro de Economía, Amado Boudou, al presentar las cifras junto al titular de Trabajo, Carlos Tomada, y al director de la Anses, Diego Bossio. Tomando aun como parámetro el peor de los escenarios previstos por las consultoras privadas para la evolución de los precios de este año, el incremento de los haberes jubilatorios representa una mejora de los ingresos reales. Los funcionarios destacaron que esa recomposición superó incluso las que se lograron entre los trabajadores de varios sectores. La medida beneficiará a 5,4 millones de jubilados y pensionados, a 363.764 beneficiarios del ex régimen de capitalización y a 21.056 pensiones de ex combatientes de Malvinas.

Todas las estimaciones privadas se quedaron cortas. “Con Carlos (Tomada) decíamos ‘con todas estas fórmulas, cómo nos va a dar’; incluso desde la oposición decían que les íbamos a dar un 4 por ciento por año”, aseguró el titular del Palacio de Hacienda. El encargado de develar los números fue Bossio, quien se mostró por demás medido ante dos exultantes ministros que preferían redondear las cifras. “El incremento de las jubilaciones para todo el año fue de 19,89 por ciento”, manifestó el director de la Anses, mientras Tomada y Boudou cruzaban miradas y entre risas afirmaban: “Eso es veinte, es veinte”. Bossio prosiguió con el detalle de las cifras. Con los dos aumentos de la movilidad, la jubilación mínima pasó de 690 a 827,23 pesos, con una escala de 770 pesos de marzo a septiembre de este año.

“Un aumento de 20 por ciento es un paso más, aunque no la solución, pero vamos a tener estos niveles de aumentos cada año, y eso es importante”, consideró Boudou. El número surge de la aplicación de un promedio entre dos variables: el índice de aumento general de salarios del último semestre y el aumento de la recaudación tributaria per cápita de Anses. En septiembre de 2008 se aprobó la nueva ley de movilidad. Esa normativa establece un ajuste automático en las prestaciones dos veces por año, pero sin restablecer el 82 por ciento móvil ni resolver el histórico atraso de ingresos. Esa ley tampoco dio respuesta al achatamiento en la pirámide de haberes, que determina que en la actualidad el 65 por ciento de los jubilados cobre la mínima.

“Los anuncios y la metodología son avances en la calidad institucional”, aseguró Bossio. Los funcionarios coincidieron en la necesidad de contar con una ley de movilidad para evitar ajustes discrecionales. “¿Cuál hubiese sido la respuesta de cualquier gobierno en medio de una crisis financiera como la actual, con los coletazos que ya llegaron al país, sobre aumentarles a los jubilados?”, interpeló Tomada.

La movilidad fue derogada por Carlos Menem y Domingo Cavallo, lo que terminó por hundir el poder adquisitivo de las jubilaciones. Durante doce años el haber estuvo congelado en 150 pesos. Con Fernando de la Rúa y Patricia Bullrich como su ministra de Trabajo se profundizó el deterioro con un recorte del 13 por ciento en los haberes de la clase pasiva. A partir de la posconvertibilidad se pasó a un escenario donde se amplió significativamente la cobertura y los distintos gobiernos comenzaron a dar aumentos por decreto, pero en porcentajes y con alcances de beneficiarios discrecionales. “De esos 150 pesos, ahora estamos en 872”, recordó el ministro de Economía, interrumpido con una aclaración de Bossio: “Fue 360 por ciento”.

Hasta el mes pasado la prestación mínima representaba el 62,1 por ciento del salario mínimo vital y móvil. Con el reciente aumento del 21 por ciento en los sueldos más bajos, esa relación retrocederá hasta el 60 por ciento en octubre, cuando el mínimo alcance los 1440 pesos y las jubilaciones, los 872 pesos. “Era impensable años atrás que los aumentos jubilatorios tuvieran alguna relación con los incrementos de los salarios de los activos”, agregó el titular de la cartera laboral al ser interpelado por el retraso de esos haberes, que junto al achatamiento de la pirámide salarial siguen siendo cuestiones irresueltas.

Por su parte, Boudou destacó que “no solamente se incrementó 15 veces la jubilación”, sino que se incorporó “más de un millón y medio de excluidos absolutos a acceder” a esa prestación. El ministro confirmó que la Anses presentará este lunes un informe detallado “de cada una de las decisiones de inversión que se fueron tomando” con los aportes de los trabajadores al unificado sistema de reparto, mientras continúa en funciones el comité de seguimiento”. Según explicó, además de la rentabilidad que se obtenga de las inversiones financieras del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), se cuida la seguridad social y la generación de trabajos en blanco. “Entre 1998 y hoy el empleo registrado creció en un 45 por ciento; es decir hoy hay 45 por ciento más de personas que aportan para darle sustentabilidad al sistema. Este es el piso”, afirmó Tomada. Para finalizar, Boudou subrayó el hecho de que los propios jubilados, a través de un representante, sean los que auditen esos fondos.