ECONOMíA
› EL DOLAR SE DISPARO A 2 PESOS ANTE LA VERSION DE UNA INMINENTE FLOTACION
En la city hubo un ejercicio de corrida
Con el poco inocente rumor de que la flotación cambiaria empezaría el lunes se precipitó una minicorrida cambiaria. El dólar trepó a 2 pesos y las operaciones con cheques se pactaron a una paridad de hasta 2,3 pesos.El Banco Central abasteció al mercado con 40 millones de dólares. Las acciones acompañaron los movimientos de la divisa, subiendo 6,9 por ciento.
› Por Claudio Zlotnik
A pesar del fuerte sol del mediodía, en los bancos oficiales la cola se extendía por más de una cuadra. A diferencia de jornadas anteriores, el desfile frente a las cajas fue constante. Ayer volvió la fiebre del dólar. Después de una semana y media de estabilidad, la moneda estadounidense trepó a los 2 pesos, y en algunas casas de cambio llegaron a cotizarla a 2,05. La intervención del Banco Central, que habría vendido unos 40 millones de dólares a 1,65, no alcanzó para enfriar las expectativas en la city: la apuesta de quienes se apresuraron a comprar dólares es que la divisa se disparará en el futuro cercano. En este mismo contexto se explica la suba del 6,9 por ciento de las acciones, la alternativa preferida de quienes quedaron con sus ahorros atrapados en el corralito y buscan cubrirse de una devaluación mayor. En el mercado de futuros de Nueva York, el dólar a un mes cerró a 2,70 pesos. Y a 3,50 a un año.
La versión de que el Gobierno anunciará una flexibilización del corralito y que, al mismo tiempo, se eliminará el tipo de cambio fijo de 1,40 generó una minicorrida en el microcentro. Tanto la mayor soltura del corralito como la libre flotación del tipo de cambio son condiciones del Fondo Monetario para aprobar una ayuda financiera a la Argentina (ver nota en página 5).
El público que esperó pacientemente su turno en los bancos y colmó la capacidad de las principales casas de cambio siguió la lógica de que los fondos que se liberen del corralito irán directamente a la compra de dólares. Como es improbable que el Gobierno permita sacar más efectivo de los bancos, la vía para adquirir billetes sería mediante cheques. Por ahora, el Banco Central prohibió que los bancos vendan dólares bajo esa modalidad. Pero la operatoria está permitida a través de casas de cambio. Contra cheques, el precio del dólar osciló ayer entre 2,20 y 2,30.
El Central hizo su primera intervención apenas pasadas las 10 de la mañana, cuando se hizo evidente la presión compradora. Como en los días previos, vendió dólares a 1,65. Pero no alcanzó para frenar la suba. Repitió la operación justo antes del cierre, a las 16.30, para atender la demanda de algunas entidades financieras líderes. Los bancos que le compraron firmaron una declaración jurada prometiendo vender dólares a un precio máximo de 1,70. Ese fue el valor que colocaron, a última hora y entre sus clientes, los bancos Galicia, Río y Corrientes.
En total, el BCRA vendió unos 40 millones de dólares, el doble que anteayer. Como ocurre desde que se implementó la devaluación, los bancos públicos le compraron al Central y vendieron más barato que las casas de cambio y la mayoría de los bancos privados. Para tener una idea aproximada del recalentamiento en el mercado, valga un dato: ayer, en las entidades estatales vendieron entre 30 y 70 por ciento más dólares que el día anterior. El Ciudad contabilizó 5200 operaciones por un total de 2,2 millones, con un tope de 500 dólares por persona, y en la casa central del Provincia dieron 520 mil dólares, con un máximo de mil por persona. En el Nación también pusieron un techo de 500 por operación. Pero como la demanda de dólares superó la oferta oficial, la cotización alcanzó los 2 pesos.
En la Bolsa, las acciones actuaron como una caja de resonancia de las expectativas desfavorables en la economía. Un ejemplo: el papel de la petrolera Pérez Companc cuesta un dólar en Estados Unidos. En el recinto porteño, en tanto, cerró a 2,41 pesos. Este hecho podría interpretarse como que en el mercado están descontando un dólar a 2,41 pesos. Pérez Companc es la acción más operada en el parqué. El mercado accionario se ha vuelto un refugio ante la devaluación. En especial para los ahorristas con fondos acorralados en los bancos.
Esta realidad es, cuanto menos, paradójica. En la Argentina de los bancos insolventes y de incertidumbre sobre el futuro económico hay quienes están apostando por las empresas. Si bien es cierto que, adiferencia de los títulos públicos, las compañías son activos que resguardan valor, también es verdad que éstas también están atravesando por momentos delicados. En las últimas horas, varias compañías anunciaron que no podrán cumplir con el pago de sus deudas. En la lista figuran muchas líderes, como Autopistas del Sol, Fargo y Sancor, que está renegociando el plazo de vencimiento de bonos emitidos.
En este marco se da también el fuerte lobby de los bancos, que pretenden que la pesificación de las deudas empresarias se hagan uno a uno entre el peso y el dólar, y que los platos rotos de la devaluación la sigan pagando los ahorristas. Esa sería la manera de auspiciar que las compañías que les deben dinero puedan ponerse en regla.
En una Argentina que ha quedado sin reglas, donde la desconfianza es el común denominador de la gente, se entiende que cualquier versión desemboque en una corrida contra la moneda nacional.
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