ECONOMíA › EL ORGANISMO EXIGIó PROFUNDIZAR EL AJUSTE Y EL GOBIERNO LO ACEPTó
Más recorte de gastos, flexibilización laboral, congelamiento de sueldos y aumento de la edad jubilatoria es el menú que pretende imponer el organismo al país ibérico. Lo hizo en la auditoría del artículo IV, que quiere realizar en la Argentina.
El ajuste recesivo y ortodoxo sigue siendo la receta preferida del FMI, y la forma que el organismo utilizó para desplegar estas “recomendaciones” sobre la deteriorada España es conocida por la Argentina. Fue en el marco del artículo IV, que estipula una misión anual para analizar la situación económica del país. Las recientes (pero no novedosas) conclusiones: necesidad de flexibilizar el mercado de trabajo reduciendo el costo del despido, descentralización en la fijación de salarios –es decir, desaparición de las negociaciones colectivas–, reformas en el sistema previsional y ajuste fiscal, entre otras. En el caso argentino, desde que se le pagó al FMI en 2006, el Gobierno se niega a aceptar la revisión de la economía que prevé el artículo IV. Los directivos del organismo argumentan que se trata de un paneo técnico. El Gobierno responde que en realidad se trata de un mecanismo para presionar y “bajar línea” sobre la dirección que debería tomar la política económica. El reciente caso de España permite comprender mejor la disputa.
“La economía de España necesita reformas profundas y completas. Las dificultades son inmensas: un mercado de trabajo disfuncional, déficit presupuestario elevado, crecimiento anémico de la productividad, débil competitividad y un débil sector bancario”, comienza el informe. Luego pasa rápido a las recomendaciones: “Consolidación fiscal, reforma estructural en el mercado de trabajo y en el sistema previsional”, entre otras que “deben ser rápidamente adoptadas”.
Luego de una breve descripción de los problemas que encontraron los técnicos, el próximo apartado indica que “las políticas deberían enfocarse en impulsar un suave rebalanceo de la economía. Esto llama a actuar en forma urgente y decisiva”. La descripción de cómo el mercado de trabajo estaría “funcionando mal” permite anticiparse sobre qué parte de la población española deberá sufrir este “rebalanceo”.
El Fondo indica que la “urgencia” en el mercado laboral pasa por reducir el pago por despidos, impulsar la flexilibilidad mediante la descentralización en la fijación del salario y eliminar la indexación de salarios. De esto se desprende una reducción efectiva de salarios y aumento en el nivel de precarización. Busca estimular una redistribución regresiva del ingreso para que los empresarios recuperen la rentabilidad a costa de los trabajadores.
Pero, además, la concepción ortodoxa que maneja el FMI supone que de esta forma se puede “reequilibrar” el mercado de trabajo, una idea refutada históricamente, ya que el ajuste genera tal merma en el nivel de demanda agregada que el nivel de producto y de empleo se estabiliza –en el mejor de los casos– en un nivel muy bajo. La actual desocupación en España superó el 20 por ciento en el primer trimestre del año.
La segunda prioridad para el Fondo es llevar a cabo una “ambiciosa consolidación fiscal, para alcanzar un déficit del 3 por ciento del PIB en 2013”. Es decir, una caída de 10 puntos porcentuales en tres años. El organismo puntualiza que “apoya” las medidas adoptadas por el gobierno español tomadas en este sentido, entre las cuales destaca el recorte de salarios en el sector público.
Otro punto que resalta el informe es que “una reforma previsional también debería implementarse pronto”. La administración del socialista José Luis Rodríguez Zapatero baraja la posibilidad de aumentar la edad mínima jubilatoria hasta los 67 años o vincularla directamente a la expectativa de vida. “Reformas como éstas deberían adoptarse rápidamente”, evalúa el organismo.
Luego del comunicado del FMI, el gobierno español manifestó que coincide con el análisis del organismo. “El respaldo del FMI refuerza y adelanta el ajuste previsto y mejora la credibilidad”, indicó la cartera de Economía. “La recuperación es aún débil, y por tanto, el Ejecutivo no debe retrasar las reformas estructurales anunciadas”, concluyen los españoles.
El repaso de las conclusiones que surgen de la famosa visita prevista por el artículo IV deja en claro que más que un análisis técnico, constituye un poderoso elemento de presión de parte del establishment, que luego toman los socios locales para continuar la campaña de legitimación del ajuste. Esta situación se dio de forma muy similar, por la presión del FMI y las recomendaciones de corte neoliberal, en la Argentina en los ’90.
Informe: Javier Lewkowicz.
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